Vivía en la zona rural de Oregón cuando, en la década del 90 y con solo 8 años de edad, me encontré de repente a cargo del cuidado de mi padre que había sido diagnosticado con la enfermedad de Alzheimer. Como millones de otras personas en los Estados Unidos y en todo el mundo, mi familia aprendió a través de la experiencia la importancia de mantener la salud cerebral cuando es posible y de brindar apoyo a las personas a cargo del cuidado, que no suelen tener la ayuda que necesitan para acompañar a familiares con algún tipo de demencia. Hoy uso mi experiencia vivida para emprender la misión como investigador en políticas públicas de abordar los retos de la demencia, que tarde o temprano afectan a casi todas las familias.
De hecho, mantener y mejorar la salud del cerebro es uno de los retos más importantes que enfrenta la humanidad. Hay grandes desigualdades alrededor del mundo en torno a la salud del cerebro y siguen ampliándose en muchas regiones. Las diferentes formas en las que los trastornos de salud mental, por uso de sustancias, accidentes cerebrovasculares, lesiones cerebrales y demencia nos afectan son una clara amenaza para nuestra salud cerebral individual y colectiva. Pero lo que resulta menos conocido son los riesgos que suponen para la salud cerebral los grandes problemas globales como el cambio climático, las guerras y otros conflictos armados, la inteligencia artificial o IA sin restricciones y los efectos residuales de la pandemia del COVID-19. Estos riesgos alcanzan a todas las partes de la sociedad, sin excepción de edades, incluidos todos aquí en Oregón, y exigen una mayor cooperación y trabajo conjunto dentro de nuestras fronteras y más allá, para abordar los riesgos urgentes para el cerebro y propiciar el bienestar cerebral.
A principios del 2021, un grupo multidisciplinario de expertos líderes en neurociencia, políticas sanitarias, medicina y diplomacia de todo el mundo propusieron una agenda de diplomacia sanitaria en torno a la salud cerebral para abordar los desafíos globales en este sentido, junto con el Grupo de trabajo sobre salud cerebral de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y el Instituto Latinoamericano de Salud Cerebral, conocido como BrainLat.
El objetivo de esta agenda es mejorar el rendimiento cerebral a escala global, con la meta final de lograr compromisos formales de los gobiernos de adoptar políticas públicas e invertir en la salud cerebral. Es posible que los encargados de las políticas públicas todavía no dimensionen claramente la importancia de la salud cerebral, que suele verse opacada dentro del modelo médico, cuyo foco sigue siendo el tratamiento de las enfermedades en lugar de adoptar un enfoque más integral que contemple los factores sociales, políticos y ambientales que también afectan directamente a la salud cerebral a lo largo de la vida.
Para propiciar este objetivo ambicioso y con el fin de crear conciencia y promover el apoyo global, el Grupo de trabajo sobre salud cerebral avaló el desarrollo de un manual modelo para que los nuevos profesionales incorporen la diplomacia en salud cerebral a su trabajo, a sus investigaciones y a su labor como representantes. En un trabajo colaborativo estrecho con BrainLat —además del Consejo Mundial de Demencia, el Instituto Global de Salud Cerebral, Leeds Beckett University y el Layton Aging and Alzheimer’s Disease Research Center de la Oregon Health & Science University— nuestro equipo ha elaborado y publicado un Manual de Diplomacia para la Salud Cerebral para Latinoamérica y el Caribe.
Las inequidades en el acceso a la atención y el apoyo a las personas que viven con demencia y otros trastornos cerebrales en la región de Latinoamérica y el Caribe están ampliamente documentadas. Las iniciativas de colaboración multidisciplinarias y multinacionales son esenciales para movilizar los recursos suficientes para abordar estas necesidades. El Manual de Diplomacia para la Salud Cerebral ofrece a los profesionales en los inicios de su carrera un juego de herramientas práctico para fortalecer sus habilidades de atención en relación con la salud cerebral, promover la colaboración regional, nacional e internacional y fomentar la adopción de estrategias efectivas para abordar la salud cerebral.
El Manual de Diplomacia para la Salud Cerebral está disponible en español, portugués e inglés, para que sea más accesible y adaptable a las necesidades complejas de la región. Este manual contiene estudios de caso, enlaces a herramientas de evaluación y un marco para concretar sociedades colaborativas en pos de la salud del cerebro, con el objetivo de impulsar iniciativas sobre el tema adaptadas a la región. El manual también aborda cuestiones fundamentales como la prevención, el tratamiento, la innovación tecnológica y las intervenciones, cuyo objetivo es proteger a las poblaciones de todo el mundo de los riesgos para la salud cerebral a lo largo de toda la vida.
Este enfoque multinacional y multidisciplinario basado en una plataforma de diplomacia es esencial para fomentar la equidad en relación con la salud cerebral en todo el mundo. Puede encontrar más información sobre diplomacia para la salud cerebral en: brainhealthdiplomacy.com.
Walt Dawson, D.Phil., es profesor adjunto de neurología en OHSU School of Medicine, docente en el Portland State University Institute on Aging, y Senior Atlantic Fellow del Global Brain Health Institute dependiente de University of California, San Francisco y Trinity College Dublin. Anteriormente se desempeñó en el comité especial del senado de los Estados Unidos sobre Envejecimiento y colaboró en la redacción de disposiciones de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio para mejorar el acceso a servicios de cuidados a largo plazo y sistemas de apoyo.