Un nuevo estudio ayuda a explicar los procesos moleculares involucrados en la dolorosa enfermedad autoinmune espondilitis anquilosante, o EA y podría aportar suficiente información para que los proveedores de atención médica no deban trabajar sobre hipótesis al intentar tratar la enfermedad.
Un equipo de Oregon Health & Science University y del sistema de atención médica de VA Portland encontró un tipo específico de tratamiento para la EA que es eficaz en pacientes con una mutación genética en particular. El estudio fue publicado el 9 de octubre en la revista Annals of the Rheumatic Diseases. El hallazgo podría conducir a recomendaciones de tratamiento más específicas, oportunas y específicas para cada paciente.
“Es la primera vez que en un estudio se demuestra que podríamos estar en condiciones de usar marcadores genéticos para determinar qué terapia deberían recibir los pacientes con espondilitis anquilosante”, dijo la investigadora sénior del estudio, Ruth Napier, Ph.D., profesora adjunta de microbiología molecular e inmunología, artritis y enfermedades reumáticas en OHSU School of Medicine, e investigadora principal de VA Portland. “Son hallazgos prometedores y alentadores. Es la primera vez que puedo decir que estoy en la cúspide de lograr una diferencia para los pacientes con espondilitis anquilosante que necesitan alivio”.
Se cree que la espondilitis anquilosante es una enfermedad que afecta a 1 de cada 200 personas y provoca la inflamación de la columna, las articulaciones y los ligamentos, lo que causa dolor y rigidez. Los casos graves de EA provocan que algunas vértebras se fusionen, y esto reduce la flexibilidad de la columna y puede resultar en una postura con joroba permanente. Los síntomas de la EA suelen aparecer temprano, entre los 17 y los 45 años. Las personas con EA por lo general tienen otras afecciones autoinmunes como inflamación en los ojos, enfermedad inflamatoria pélvica y psoriasis.
En el caso de la mayoría de los pacientes con EA, el primer tratamiento supone tomar analgésicos de venta libre como naproxeno o ibuprofeno. Los siguientes pasos pueden incluir inyecciones de corticoesteroides y, en algunos casos, cirugía de reemplazo de rodilla. Otra opción para frenar o desacelerar la inflamación es un tratamiento basado en proteínas y creado en laboratorios llamado tratamiento biológico. Hay dos clases de tratamientos biológicos para la EA, uno se conoce como inhibidores de IL-17, porque actúan sobre un proteína llamada interleucina-17, o IL-17.
Sin embargo, por ahora los proveedores tienen que adivinar cuál es el tipo de tratamiento biológico que puede funcionarle a un paciente en particular. Los tratamientos biológicos son efectivos solo en el 40% de los casos. Tener que intentar con un tratamiento biológico es costoso y puede llevar a que los pacientes sufran efectos secundarios innecesarios, además de empeorar la enfermedad.
Si bien no existe una sola causa para al EA, se han vinculado varios genes a la afección. Aproximadamente el 72% de las personas con EA tiene una mutación específica en su gen CARD9, que es el que da instrucciones para la producción de las proteínas que participan de la respuesta inmunitaria del organismo a patógenos invasores. Se cree que esta mutación en particular hace reaccionar excesivamente al gen CARD9, lo que causa que las células del sistema inmunitario, incluidos los neutrófilos, actúen de más y posiblemente ataquen a células sanas.
Para este estudio, lo primero que hizo el equipo fue evaluar la EA en ratones de laboratorio para imitar la enfermedad autoinmune. Después de eliminar el gen CARD9, Napier y sus colegas descubrieron que los ratones genéticamente modificados no contraían EA y concluyeron que el CARD9 impulsa la EA.
Luego, el equipo de investigación se concentró en analizar muestras de sangre obtenidas de cientos de personas que se inscribieron en el registro de muestras de pacientes del programa PULSAR: Veteran Affairs Program to Understand the Long-Term Outcomes of Spondylarthritis. El equipo descubrió que las personas con una mutación en el gen CARD9 tenían concentraciones considerablemente más elevadas de la proteína IL-17 en su sangre, comparadas con las que no tenían mutaciones en el gen CARD9. Estos nuevos hallazgos llevaron a Napier y sus colegas a la hipótesis de que las personas con EA que tienen una mutación del CARD9 son las que responden bien a los tratamientos biológicos con inhibidores de la IL-17.
El equipo de OHSU y VA ahora está trabajando con profesionales clínicos, incluidos el Dr. Atul Deodhar, M.R.C.P., de OHSU y el Dr. Liron Caplan, Ph.D., the la Universidad de Colorado, ambos también coautores de este estudio, para analizar en mayor profundidad esta opción en pacientes con EA. Si sus estudios confirman los resultados iniciales, los proveedores de atención médica podría solicitar análisis genéticos para identificar la mutación en el gen CARD9 en los pacientes.
REFERENCIA: Rosenzweig HL, Vance EE, Asare-Konadu K, et al, Card9/neutrophil signalling axis promotes IL-17A-mediated ankylosing spondylitis, Annals of the Rheumatic Diseases, Published Online First: Oct. 9, 2023, DOI: 10.1136/ard-2022-223146, https://ard.bmj.com/content/early/2023/10/05/ard-2022-223146.
Este estudio contó con el apoyo del U.S. Department of Veterans Affairs (Career Development Award K2BX004523 y Merit subvención I01BX002180), National Institutes of Health’s National Eye Institute (subvenciones EY025250 y EY025039), National Institutes of Health’s National Institute of Arthritis and Musculoskeletal and Skin Diseases (subvención 5T32AR007534-35), Arthritis National Research Foundation, Spondyloarthritis Research and Treatment Network, Spondyloarthritis Association of America, Shear Family Foundation, Portland VA Research Foundation y a VAOAA GME Enhancement Award. The VA PULSAR registro está respaldado en parte por la Rocky Mountain Regional Veterans Affairs Medical Center.
Napier recientemente recibió un bono de cuatro años por valor de $1,3 millones VA MERIT Review Award (subvención # I01 BX006436-01) para avanzar en esta investigación.
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