Uno por uno, los pequeñitos caminaban hacia la parte de atrás del aula de preescolar en Mount Hood Community College Head Start, al sudeste de Portland.
Cuando cada uno de ellos se sentaba en una sillita violeta, una mujer les preguntaba con voz cálida si estaban listos para una foto. Luego levantaba el dispositivo manual de evaluación fotográfica y le pedía a cada niño que mirara fijo a los ojos pícaros y la boca sonriente que adornan el lente del dispositivo.
Con solo pulsar un botón, una pantalla en la parte de atrás del dispositivo mostraba una imagen en primer plano de los pequeños ojitos del niño. Mientras el dispositivo hacía una serie de mediciones rápidamente, emitía unos sonidos parecidos a los de los dibujos animados de la televisión. La persona que hacía la evaluación seguía mirando la pantalla; gracias a esto, ella y sus colegas podían decidir si era necesario recomendar que el niño fuera remitido a un oftalmólogo u optometrista para una evaluación adicional.
Esta misma situación se da todos los otoños en más de 200 aulas de Head Start y de otros programas de preescolar de Oregón, a través del Elks Preschool Vision Screening Program del Casey Eye Institute, dependiente de Oregon Health & Science University. Desde 2003, el programa ha hecho pruebas de la vista a más de 65,000 niños pequeños, y aproximadamente un 15% de esos niños necesitaron anteojos. El presupuesto anual de $350,000 del programa tiene la financiación de la Oregon State Elks Association.
“Una prueba de detección que dura solo unos segundos puede salvar la vista de un niño”, explicó la directora del programa, Joannah Vaughan, M.B.A., quien también es profesora de oftalmología en OHSU School of Medicine.
Mejorar tanto la vista como el aprendizaje
Aproximadamente un 80% de lo que se aprende en educación inicial es visual, y los niños pueden atrasarse en la escuela si no pueden ver bien. Vaughan sabe directamente a través de los niños, algunos de ellos bailaron y se maravillaron frente a afiches en la pared que podían ver claramente por primera vez después de recibir sus anteojos, que corregir los problemas de la vista puede crear una diferencia real. Las maestras también le han dicho que los problemas de comportamiento de algunos niños mejoran o desaparecen cuando empiezan a usar anteojos.
Vaughan fundó el programa cuando se dio cuenta de que pocos proveedores hacían pruebas de detección a los niños lo suficientemente temprano. Hace veinte años, las pruebas de detección solían hacerse demasiado tarde para el proceso de desarrollo del sistema visual de un niño, y esto dificultaba revertir la ambliopía, una afección que compromete la vista y también suele conocerse como ojo vago. La ambliopía se da cuando uno o los dos ojos dejan de desarrollarse. Cuando se detecta en forma temprana, los tratamientos como parches, gotas especiales y anteojos pueden ayudar a los ojos afectados a compensar el retraso en el desarrollo. Pero, si no se trata antes de los 7 años, la pérdida de visión de los niños puede ser permanente. El período ideal para tratar la ambliopía es entre los 3 y los 5 años, que es cuando los niños están en el preescolar.
Kosmo Quiroz Acero tenía tres años cuando el Elks Preschool Vision Screening Program visitó su aula de Head Start en 2011. Los profesionales que evaluaron su vista detectaron un posible problema y lo refirieron al Casey Eye Institute de OHSU, donde un oftalmólogo pediátrico le diagnosticó ambliopía en ambos ojos. El médico le mostró a su madre, Delfina Acero Chuma, cómo ayudar a su hijo a colocarse un parche en un ojo y luego en el otro, de a uno por vez. Esto permite agudizar la vista en el otro ojo porque lo fuerza a seguir desarrollándose. El uso de rutina de gotas oftálmicas recetadas y anteojos recetados también ayudó a mejorar su vista.
“Cuando me enteré de que tenía ojo vago me sentí triste”, recuerda Acero Chuma a través de un intérprete de español. “Pero después el doctor dijo que otros niños también tienen ojo vago y que los anteojos lo mejoran. No sabía que Kosmo tenía un problema de la vista, hasta que le hicieron esa prueba de detección. Nunca lo hubiéramos sabido si el programa no hubiera ido a su escuela”.
Ahora Kosmo tiene 15 años y ve bien con ayuda de sus anteojos. Actualmente cursa la preparatoria en Cleveland High School, en el sudeste de Portland, y está pensando estudiar ingeniería. Hasta la fecha, el Elks Preschool Vision Screening Program ha logrado identificar correctamente a al menos 1,000 niños con ambliopía como Kosmo.
Además de la ambliopía, el programa también hace pruebas de miopía, hipermetropía y astigmatismo, que causa visión borrosa o distorsionada. Cuando se advierte un posible problema de la vista, el programa envía una carta a los tutores del niño para recomendarles que programen una cita con un oculista para que lo evalúe y, si lo necesita, le indique un tratamiento. Para alentar que hagan el seguimiento, el programa también se comunica por teléfono con los tutores, les ofrece un listado de proveedores de confianza que aceptan pacientes pediátricos y ofrece ayuda bilingüe para quienes la necesitan para programar una cita. Oregon Health Plan, el plan de seguro médico de Medicaid y para niños del estado, cubre los exámenes de la vista pediátricos y los anteojos con receta.
Con autorización de los tutores, el equipo del programa también sigue a los niños que evalúan durante los años posteriores para medir la precisión de sus pruebas de detección y también tener un registro de las tendencias en problemas de la vista de pacientes pediátricos. El equipo ha publicado 19 artículos con revisión de pares, han hecho presentaciones en numerosas conferencias médicas y de salud y asesora a otras organizaciones sobre las mejores prácticas de evaluaciones de la vista. Gracias al trabajo de extensión de Vaughan y otros profesionales, la Legislatura de Oregón promulgó una ley en 2013 que ahora exige que los estudiantes que ingresan a una escuela pública se hagan un examen de la vista al comenzar su educación.