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Los profesionales clínicos e investigadores de OHSU, amplían su enfoque centrado en el paciente para reducir la prevalencia del VPH y aumentar las tasas de vacunación

El socio comunitario elogia el énfasis en la concienciación, la educación y el compromiso: “la información se puede facilitar en el idioma de la comunidad y los servicios se ofrecen en un lugar cómodo y práctico”
Dra. Vanderlene Kung, Ph.D., tercera desde la izquierda, y un equipo de patólogos e investigadores de OHSU ofrecen pruebas gratuitas de detección del VPH en colaboración con varias organizaciones comunitarias, como la Chinese Friendship Association. Los esfuerzos basados en la comunidad están destinados a fomentar la confianza y los puntos de atención con las poblaciones de mayor riesgo de contraer el VPH y enfermedades relacionadas con el VPH. (Cortesía)
Dra. Vanderlene Kung, Ph.D., tercera desde la izquierda, y un equipo de patólogos e investigadores de OHSU ofrecen pruebas gratuitas de detección del VPH en colaboración con varias organizaciones comunitarias, como la Chinese Friendship Association. Los esfuerzos basados en la comunidad están destinados a fomentar la confianza y los puntos de atención con las poblaciones de mayor riesgo de contraer el VPH y enfermedades relacionadas con el VPH. (Cortesía)

El virus del papiloma humano, o VPH, una infección de transmisión sexual común que se propaga por contacto sexual, puede provocar cáncer de cuello uterino, de vagina, de vulva, de ano y de cabeza y cuello, y se calcula que cada año causa unos 36,000 casos de cáncer de cuello uterino en Estados Unidos.

La vacuna contra el VPH, aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos en 2006, está ampliamente disponible y brinda una protección segura y duradera contra las infecciones por VPH que pueden causar cáncer. La vacuna es altamente eficaz; los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades calculan que puede prevenir más del 90% de los cánceres causados por el VPH.

Sin embargo, en Oregón y en todo el país persisten disparidades significativas en la vacunación contra el VPH entre las personas con ingresos más bajos y determinados grupos raciales y étnicos.

Para abordar esta situación, los profesionales clínicos e investigadores de la Oregon Health & Science University están trabajando para mejorar la comunicación sobre el VPH y las enfermedades relacionadas, y están llevando a cabo intervenciones específicas para ampliar el acceso a la vacuna y las pruebas de detección del cáncer de cuello uterino entre las poblaciones desfavorecidas y de riesgo.

Llegar a los pacientes estén donde estén

Se recomienda administrar la vacuna contra el VPH entre los 9 y los 12 años y hasta los 45 años. Sin embargo, las tasas de vacunación contra el VPH son bajas entre las mujeres de 18 a 26 años, ya que muchas personas que no se vacunan durante la adolescencia creen que han perdido su ventana de vacunación.

Los investigadores del Center for Women’s Health de OHSU están estudiando cómo mejorar las tasas de vacunación contra el VPH en este grupo de edad. Según un estudio reciente, el periodo posparto es una oportunidad ideal para vacunarse.

El estudio identificó a las pacientes con menos probabilidades de vacunarse antes del parto, así como a las pacientes con más probabilidades de aceptar las vacunas en el periodo posparto. Tras recibir asesoramiento y educación centrados en el VPH, se ofreció a las pacientes la primera dosis de la vacuna después del parto, la segunda dosis en su primera consulta posparto y la tercera y última dosis en una consulta posterior programada.

Christine Nguyen Dawson, M.D., tiene cabello castaño ondulado, una chaqueta de vestir negra y está sonriendo.
Christine Nguyen Dawson, M.D. (OHSU)

“Es comprensible que los padres primerizos tengan mucho qué hacer, por lo que es importante poder atender a los pacientes donde se encuentran y crear oportunidades para analizar y vacunarse, si así lo desean, durante las consultas de atención médica existentes, afirma la Dra. Christine Nguyen Dawson, residente de obstetricia y ginecología, que dirigió el estudio junto con la Dra. Amanda Bruegl, oncóloga ginecológica y profesora asociada de obstetricia y ginecología, ambas de la School of Medicine de OHSU.

Amanda Bruegl, M.D., tiene el pelo largo y negro recogido en una trenza lateral, una camisa negra y sonríe en una sala de conferencias.
Amanda Bruegl, M.D. (OHSU)

De cara al futuro, Nguyen Dawson y sus colegas están explorando otras oportunidades para educar sobre la vacunación en las consultas hospitalarias de los pacientes, incluidas las sesiones de asesoramiento sobre lactancia y las citas de control de niño sano. El equipo también está llevando a cabo una evaluación basada en los conocimientos y un estudio cualitativo para entender mejor los conocimientos de la población de pacientes de OHSU sobre el VPH y las enfermedades relacionadas, con el fin de ayudar a mejorar el asesoramiento entre pacientes y profesionales médicos e informar sobre futuras intervenciones.

Abordar las disparidades entre la población

Una parte fundamental de la prevención del cáncer de cuello uterino es la administración de la vacuna contra el VPH: Protege contra la mayoría de las formas de cáncer, mientras que la disminución de las tasas de vacunación junto con la reducción de las pruebas de detección en las comunidades desfavorecidas suele provocar un aumento de las tasas de cáncer de cuello uterino. Esto concierne especialmente a las comunidades nativas americanas y latinas, que se enfrentan a tasas desproporcionadas de cáncer de cuello uterino debido a las obstáculos sociales, económicos y medioambientales para la salud.

Cirila Estela Vásquez Guzmán, Ph.D., tiene el pelo largo y negro recogido en una cola de caballo y un traje de chaqueta con camisa, sonriendo.
Cirila Estela Vasquez Guzman, Ph.D. (OHSU)

La Dra. Cirila Estela Vásquez Guzmán, Ph.D., profesora asistente de medicina familiar en la School of Medicine de OHSU, está cerrando la brecha existente en la educación y concienciación a través de su investigación, que la ha llevado a recorrer casi 2,000 millas por Oregón y Washington para recolectar las experiencias vividas por mujeres latinas mayores diagnosticadas de cáncer de cuello uterino. Su esperanza es que los testimonios de estas mujeres permitan a los profesionales médicos y a los sistemas de atención médica a comprender mejor los obstáculos a los que se enfrentan estas comunidades, para que puedan tomarse medidas para mejorar sus diagnósticos y tratamientos.

En su próxima investigación, Vásquez Guzmán empezará a entrevistar a profesionales médicos y sistemas de atención médica y tiene como objetivo desarrollar una intervención clínica que aproveche la investigación basada en la comunidad.

“Hay muchas ideas erróneas sobre los riesgos del VPH y quién puede verse afectado. Pero incluso si se educa a una mujer mayor, ella tiene el poder de comunicar esa información a su hija o a su nieta, lo que puede mejorar la comprensión de toda una familia sobre esta enfermedad”, dijo Vásquez Guzmán. “Nuestro objetivo es armar a las comunidades con información, para que se sientan educadas y capacitadas para protegerse a sí mismas y a sus seres queridos contra esta enfermedad altamente prevenible”.

Proporcionar atención en la comunidad

A pesar de los beneficios para la supervivencia asociados a la prueba de detección del cáncer de cuello uterino, persisten las muertes evitables por esta causa, en parte debido a la desconfianza, la ansiedad y la desinformación en torno a los procedimientos ginecológicos. En EE. UU., las mujeres asiático-americanas presentan las tasas más bajas de pruebas de detección.

Desde octubre, el Departamento de Patología y Medicina de Laboratorio de OHSU se ha asociado con organizaciones comunitarias para ofrecer pruebas gratuitas de detección del VPH mediante la auto-recolección muestras vaginales y educación comunitaria sobre el cáncer de cuello uterino a mujeres asiáticas y latinas que carecen de servicios médicos.

Vanderlene Kung, M.D., Ph.D., tiene el pelo largo y negro recogido hacia atrás y sonríe.
Vanderlene Kung, M.D., Ph.D. (OHSU)

“Ha sido eficaz realizar este trabajo fuera de los centros de atención médica tradicionales porque podemos reunirnos con las personas en los centros culturales que frecuentan y ofrecerles servicios fuera del horario laboral y los fines de semana, cuando muchas clínicas no están abiertas”, afirma la Dra. Vanderlene Kung, Ph.D., profesora asistente de patología y medicina de laboratorio en la School of Medicine de OHSU, que dirige un equipo de patólogos e investigadores que están ampliando la educación y las pruebas de detección del cáncer de cuello uterino en la zona metropolitana de Portland.

“Pero lo más importante para nuestro trabajo es asociarnos con organizaciones que han generado confianza en sus comunidades», indica. «Esas relaciones basadas en la comunidad han marcado la diferencia”.

Una de estas organizaciones es la Chinese Friendship Association, un grupo sin fines de lucro dedicado a apoyar a los inmigrantes y fomentar un mayor entendimiento cultural entre los habitantes de Oregón.

“Esta asociación es excelente, porque la información puede facilitarse en el idioma de la comunidad y los servicios se ofrecen en un lugar cómodo y práctico”, afirma Iris Zhao, directora de programas de la Chinese Friendship Association de Portland. “Si podemos llevar los servicios de salud cerca de la comunidad, sería beneficioso para todos. Espero que este tipo de esfuerzos en el futuro se centren más en la comunidad y sean móviles”.

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