Los investigadores de Oregon Health & Science University detectaron grandes diferencias entre los estados de EE. UU. en la cantidad de personas que asisten a los departamentos de emergencias de los hospitales en busca de tratamiento para la salud mental a través de Medicaid, lo que deja ver la falta de atención adecuada en muchos estados.
Estos hallazgos se publicaron hoy en la edición de febrero de la revista Health Affairs.
Este es el primer estudio que examina el acceso al cuidado de la salud mental a través de los departamentos de emergencias para pacientes inscritos en Medicaid, que proporciona cobertura de atención médica a 90 millones de estadounidenses. Esta disparidad en la dependencia de los estados a los departamentos de emergencias sale a la luz en medio de una crisis nacional en la atención de la salud mental identificada por la administración de Biden.
“Sabemos que el acceso a la atención de la salud mental es un problema”, dijo el autor principal John McConnell, Ph.D., director del Center for Health Systems Effectiveness de OHSU y profesor de medicina de emergencias en OHSU School of Medicine. “Este estudio confirma que en algunas áreas esto constituye más un problema que en otras. Si yo fuese un legislador federal, estaría bastante preocupado por los estados en los que el problema es mayor y me interesaría saber qué ocurre allí”.
Los investigadores analizaron datos de Medicaid desde 2018. Descubrieron que Ohio, Nevada e Iowa tenían la mayor cantidad de visitas per cápita a los departamentos de emergencias por afecciones de salud mental entre los beneficiarios de Medicaid, mientras que Colorado, West Virginia y Arizona tenían la menor cantidad.
Los departamentos de emergencias de los hospitales siempre serán un recurso para las personas que necesitan atención oportuna de la salud mental. Sin embargo, McConnell dijo que depender marcadamente de los departamentos de emergencias para la salud mental es un problema.
“Si tantas personas buscan atención de la salud mental en el departamento de emergencias, puede deberse a que no encuentran acceso a dicha atención en otros entornos para el cuidado de afecciones menos agudas”, manifestó. “Los departamentos de emergencias están capacitados para cubrir las necesidades médicas urgentes y agudas, pero no son necesariamente una buena opción para el bienestar a largo plazo de las personas que necesitan tratamiento de salud mental”.
El estudio marca el primer uso extensivo de un nuevo conjunto de datos para reclamos de Medicaid conocido como archivos analíticos del transformado sistema de información estadística de Medicaid, o TAF.
McConnell expresó que espera que la base de datos sea una pujante fuente de investigación en lo sucesivo.
“Habrá mucho más”, agregó. “Medicaid es un programa gigantesco que en verdad nunca ha recibido mucha atención”.
Además de McConnell, el estudio tiene como coautores a Kelsey Watson, M.P.H., bioestadística en OHSU Center for Health Systems Effectiveness; la Dra. Esther Choo, M.P.H., profesora de medicina de emergencias y la Dra. Jane Zhu, profesora adjunta de medicina (medicina interna general y geriatría) en OHSU School of Medicine.
La investigación contó con el apoyo de Silver Family Foundation; el premio National Institute of Mental Health R01MH123416; el premio National Institute on Drug Abuse R01DA044284 y el premio National Institute of Mental Health K08MH123624. McConnell recibe subvenciones de Robert Wood Johnson Foundation; Commonwealth Fund, Arnold Ventures; National Institute on Minority Health and Health Disparities; National Institute on Drug Abuse y National Institute on Aging.