Los investigadores de Oregon Health & Science University han comprobado que reemplazar o complementar la atención presencial con servicios de telemedicina, en general, da un resultado clínico similar, y a veces mejor, que la atención presencial.
En particular, el estudio, publicado en Journal of General Internal Medicine, concluyó que los resultados fueron equiparables en los servicios relacionados con anticoncepción y violencia de pareja, lo que demuestra que la telemedicina, incluso en servicios preventivos de carácter sensible como la planificación familiar, permite abordar las necesidades de los pacientes.
“Sabemos que la telemedicina puede ser una herramienta valiosa para mejorar el acceso y la disponibilidad de servicios y atención, especialmente para quienes enfrentan barreras de acceso a la atención tradicional”, dijo la Dra. Amy G. Cantor, M.P.H., profesora adjunta de informática médica y epidemiología clínica, medicina familiar y obstetricia y ginecología de OHSU School of Medicine. “Estos resultados son alentadores, porque aportan información valiosa para que podamos diseñar de manera más efectiva los servicios de telemedicina y podamos ofrecer atención de mejor calidad a las mujeres que la necesitan”.
Según una investigación reciente, la telemedicina puede mejorar la atención materna, lo que inspiró a los expertos de OHSU a explorar la posibilidad de aplicar este enfoque en otras áreas de la salud de la mujer.
Tradicionalmente, los servicios preventivos para las mujeres están integrados a las consultas regulares en persona o se ofrecen cuando surge la oportunidad durante el manejo de otras afecciones. Este estudio investigó la telemedicina en la atención relacionada con la anticoncepción y la violencia de pareja, o IPV por sus siglas en inglés. Los servicios de telemedicina ofrecidos para la anticoncepción pueden incluir la evaluación, asesoramiento y prestación de servicios de atención y seguimiento, y para IPV pueden incluir la evaluación para detectar signos de violencia, el diagnóstico, tratamiento y derivaciones.
Aunque los servicios de telemedicina se ampliaron rápidamente para diferentes entornos de atención en respuesta a la pandemia del COVID-19, no hay datos suficientes que respalden la pertinencia de la telemedicina para determinados servicios preventivos para mujeres, ni para saber cómo implementar mejor la telemedicina para abordar las necesidades de atención médica de las mujeres, particularmente de quienes están aisladas geográficamente o marginadas en comunidades con poco acceso a los servicios que necesitan. El objetivo de los investigadores de OHSU era evaluar la efectividad de la telemedicina en un subgrupo específico de servicios preventivos para la mujer en comparación con la atención presencial, así como reunir información que sirva para fundamentar el quehacer de legisladores, investigadores y profesionales clínicos en el futuro.
El equipo de investigación de Cantor realizó un análisis comparativo integral de varios ensayos clínicos, incluidos ocho ensayos aleatorizados controlados, un ensayo no aleatorizado y siete estudios de observación, que incluyeron a más de 10,000 mujeres que recibían servicios de anticoncepción o por IPV.
Los investigadores analizaron los ensayos y observaron que cuando los servicios de atención se prestaban o complementaban con telemedicina, los resultados clínicos y la satisfacción de las pacientes era similar, y a veces mejor, en relación con la atención presencial. Específicamente, las tasas de uso de anticonceptivos, infecciones de transmisión sexual y embarazo fueron similares al analizar servicios de anticoncepción. También fueron similares las tasas de consecuencias relacionadas con la IPV, incluida la depresión y el trastorno por estrés postraumático, en relación con las consultas presenciales. Cantor concluyó que estos resultados tienen implicaciones positivas para los profesionales clínicos, que pueden sentirse seguros de que aprovechar la telemedicina para ciertos servicios de prevención igual les permitirán abordar las necesidades de sus pacientes.
Aunque estos hallazgos son alentadores, Cantor espera que otros estudios a futuro se concentren en las diferencias en los resultados entre las poblaciones que enfrentan desigualdades de acceso a la salud importantes. También señala que, en adelante, los estudios deberán considerar los obstáculos que supone una implementación más amplia de la telemedicina, incluidas las limitaciones de acceso a Internet y los diferentes niveles de competencia digital.
“Todavía hay interrogantes en torno a los posibles obstáculos y desventajas que puede suponer la telemedicina en ciertas poblaciones con poco acceso a servicios”, dijo Cantor. “Crear enfoques de telemedicina que sean inclusivos, accesibles y sostenibles es fundamental para reducir las desigualdades y mejorar los resultados para la salud de las mujeres en todas partes”.
Este trabajo recibió apoyo financiero de la Agency for Healthcare Research and Quality (AHRQ), de conformidad con el contrato número 75Q80120D00006.