En los Estados Unidos existen grandes diferencias en torno al uso efectivo de métodos anticonceptivos, según un nuevo estudio de Oregon Health & Science University, con base en datos de más de 8.5 millones de beneficiarias de Medicaid.
El estudio fue publicado hoy en la revista Health Affairs.
Medicaid cubre el costo de los métodos de anticoncepción para millones de mujeres de todo el país. La anticoncepción está definida como uno de los beneficios centrales de Medicaid, pero el acceso y el uso varían a lo largo del país y dentro de los estados, y hay pocos datos que expliquen estas diferencias. Este es el primer estudio que evalúa de manera integral cómo el acceso a métodos anticonceptivos para beneficiarias de Medicaid difiere según el lugar donde viven.
“Los estados tienen diferencias considerables en relación con los servicios que cubren sus programas Medicaid y a quiénes se prestan los servicios, y esto tiene consecuencias importantes para las pacientes”, dijo la autora principal, la Dra. María Rodríguez, M.P.H., profesora de obstetricia y ginecología en OHSU School of Medicine y directora del Center for Reproductive Health Equity. “La salud reproductiva es un derecho fundamental; sin embargo, hay muchas estadounidenses que no tienen acceso igualitario a la atención. Espero que los datos que revela este estudio alienten a los proveedores y encargados de políticas públicas a abordar las faltas en nuestros sistemas para que podamos mejorar la salud de millones de mujeres que tienen cobertura de Medicaid”.
En un trabajo conjunto con el Center for Health Systems Effectiveness de OHSU, el análisis aprovechó datos de millones de beneficiarias de Medicaid de entre 15 y 44 años de edad. La muestra incluyó a mujeres de casi 3,000 condados en 40 estados.
Un análisis multinivel demostró inequidades sustanciales según el lugar de residencia, tanto en el uso de métodos anticonceptivos como en su acceso en los Estados Unidos. Específicamente, las tasas de uso efectivo de anticonceptivos, es decir la toma según las indicaciones para prevenir embarazos, variaban drásticamente entre los diferentes condados, desde tan solo un 10% a un máximo del 44%. La variación era incluso mayor en el caso de los anticonceptivos de acción prolongada, como los dispositivos intrauterinos (DIU) o implantes.
Hay diversos factores a nivel individual, estatal y federal que pueden contribuir a estas variaciones, incluidas las diferencias en las políticas estatales, las redes de proveedores, sus prácticas, las preferencias individuales e intenciones en relación con los embarazos, las influencias de sistemas de salud religiosos y más.
Rodríguez señala que entender estas grandes variaciones geográficas en el uso de anticonceptivos puede presentar una oportunidad para mejorar las políticas estatales y federales y en consecuencia los resultados para la salud reproductiva de millones de beneficiarias de Medicaid. Las estrategias recomendadas incluyen eliminar o matizar el control sobre qué servicio de atención médica tienen cobertura, incorporar métricas de calidad o modelos de pago basados en el valor para los servicios de anticoncepción, y ajustar los reembolsos para eliminar los obstáculos de acceso a proveedores de servicios de anticoncepción.
A futuro, Rodríguez advierte que el acceso a algunos tipos de métodos anticonceptivos puede tener cada vez más restricciones, lo que ampliaría aun más las brechas identificadas en este estudio.
“Lamentablemente, muchas de las iniciativas de legislación en curso para restringir el acceso a servicios de salud reproductiva solo exacerbarán estas desigualdades”, dijo Rodríguez. “Es crucial que sigamos peleando por políticas y prácticas que amplíen el acceso a métodos anticonceptivos, para garantizar que todas las mujeres, más allá de dónde vivan, puedan tomar decisiones informadas acerca de su salud”.
Este estudio es la continuación de la iniciativa de OHSU de seguir propiciando el avance de los servicios de salud reproductiva, así como la educación y la investigación para fundamentar políticas públicas. El compromiso de OHSU es acompañar el proceso completo de salud sexual y reproductiva para todas las personas que lo necesitan.
Este trabajo fue financiado por Arnold Ventures.