
Oregon Health & Science University se encuentra entre los centros de investigación clínica que validaron un nuevo abordaje de tratamiento que podría mejorar las vidas de millones de personas que sufren de osteoartritis en la rodilla.
La Administración de alimentos y medicamentos otorgó autorización el lunes para la comercialización de un nuevo amortiguador de impactos implantable como alternativa de tratamiento de casos leves a moderados de osteoartritis que causa dolor y pérdida de movilidad en pacientes. La autorización de la agencia federal para el sistema MISHA para las rodillas abre camino para la adopción generalizada del primer tratamiento quirúrgico nuevo para la osteoartritis de rodilla en década.
OHSU es uno de los cinco centros que participaron en el ensayo clínico en todo el país para validar el nuevo abordaje, y espera poder estar en condiciones de ofrecer el procedimiento como rutina en los próximos meses.

“A decir verdad, hace más de 50 años que no había un avance importante en cuanto al tratamiento de esta enfermedad tan extendida”, dijo el Dr. Dennis Crawford, Ph.D., profesor de ortopedia y rehabilitación en OHSU School of Medicine.
Además de la cirugía de reemplazo total de rodilla, que por lo general no se recomienda para personas menores de 60 años, Crawford señaló que el tratamiento habitual incluye fisioterapia, medicamentos antiinflamatorios y el uso de una rodillera para minimizar el dolor que produce la afección, causada por el desgaste que sufre con el tiempo el cartílago protector. Para muchas personas, ese tratamiento no es suficiente para recuperar la salud y poder seguir con su vida normalmente.
“El procedimiento quirúrgico MISHA es realmente revolucionario y permitirá tratar algunos tipos de osteoartritis más pronto”, dijo Crawford. “No es solo para la rodilla, sino que es bueno para la salud y la capacidad de una persona de mantenerse activa”.
“Me cambió la vida”
Karla Hunt puede dar cuenta de esto.
Como administradora de un hogar de ancianos, Hunt por lo general debía pasar buena parte de su día laboral de pie y viajaba como mochilera a los bosques y montañas del noroeste en su tiempo libre. Sin embargo, cuando se lesionó la rodilla en 2016, su especialista en ortopedia le recomendó que redujera su nivel de actividad.
“Me recomendaban que simplemente resignara todas las cosas que me encantaban”, dijo Hunt, que tenía 57 años en ese momento.
Al buscar alternativas, se encontró con un nuevo ensayo clínico en OHSU y se comunicó con Crawford. Se inscribió en el ensayo y Crawford le implantó el dispositivo MISHA el 24 de marzo de 2017 en un procedimiento ambulatorio en OHSU. Hunt vive en Hubbard, un pequeño pueblo de Willamette Valley, al sur de Portland.
Después de ocho semanas de recuperación, pudo reanudar el estilo de vida activo que había disfrutado toda su vida.
Ahora, a los 63, Hunt dice que la diferencia que implicó el implante fue inmediata.
“Me cambió la vida”, dice. “Me permite hacer cosas que de otra forma nunca podría haber hecho”.
La recuperación le llevó unos dos meses. Poco después, aprovechó la oportunidad de retomar un estilo de vida completamente activo, que empezó con un viaje al extranjero.
“Me fui de vacaciones a Escocia”, cuenta. “Escalé montañas, hice senderismo y todas las actividades que me gustan, y que puedo hacer desde entonces”.
Moximed brindó apoyo en la investigación para los ensayos clínicos relacionados con el sistema de rodilla MISHA.