Un nuevo estudio internacional revela que las personas con COVID-19 pueden sufrir pequeños cambios temporales en la duración del ciclo menstrual. Los investigadores enfatizan que los cambios son pequeños y en general vuelven a la normalidad en el siguiente ciclo menstrual.
El estudio, publicado hoy en la revista Obstetrics & Gynecology fue un esfuerzo de colaboración internacional dirigido en parte por la investigadora de servicios de salud reproductiva de Oregon Health & Science University Blair Darney, Ph.D., M.P.H.; la médica científica Dra. Alison Edelman, M.P.H. y Alexandra Alvergne, Ph.D., de la Universidad de Montpellier.
Estos hallazgos se suman a trabajos anteriores del mismo equipo de investigación, que identificó por primera vez la relación entre las vacunas contra el COVID-19 y los cambios en el ciclo menstrual. Sin embargo, la bibliografía actual sobre los efectos de la enfermedad por COVID-19 en sí misma en el ciclo menstrual es limitada. Este estudio buscó identificar estos efectos y comparar cualquier cambio con los observados en la vacunación contra el COVID-19.
“A medida que ha aumentado la prevalencia del COVID-19, el público ha informado de una variedad de cambios en el ciclo menstrual, incluyendo una mayor duración del ciclo. Al saber que esta era una preocupación muy extendida, nuestro equipo, junto con otros expertos en salud reproductiva en todo el mundo, hizo de esta investigación una prioridad”, dijo Edelman, profesora de obstetricia y ginecología en OHSU School of Medicine. “La salud menstrual está muy poco estudiada y subrepresentada en la investigación y la medicina. Este trabajo es importante y necesario para dar respuestas que puedan tranquilizar a las personas que están experimentando cambios menstruales después de una infección por COVID-19”.
En un estudio de cohorte retrospectivo, los investigadores analizaron los datos del ciclo menstrual de más de 6,000 personas en 110 países usando Clue una plataforma de salud menstrual y reproductiva.
“Estamos orgullosos de contribuir a una investigación tan importante sobre los efectos del COVID-19 en el ciclo menstrual y de trabajar en estrecha colaboración con investigadores de clase mundial de Oregon Health & Science University y de la Universidad de Montpellier”, dijo Amanda Shea, Ph.D., jefa de ciencias de Clue. “Esta investigación subraya el poder de los datos de usuario no identificados de Clue y su impacto en el avance de la investigación sobre los ciclos menstruales y la salud reproductiva; beneficiando a la sociedad a través de una comprensión más precisa de la salud reproductiva”.
Entre los participantes no vacunados que informaron enfermedad por COVID-19, los investigadores encontraron, en promedio, un aumento de 1.45 días en la duración del ciclo menstrual en comparación con el promedio de la duración del ciclo anterior de los participantes. Estos aumentos fueron coherentes con los cambios informados entre la cohorte que había recibido una vacuna contra el COVID-19.
Los investigadores enfatizan que en ambas cohortes, los cambios se resolvían en el primer ciclo después de la vacunación o la enfermedad. Además, observan que se sabe que los sistemas inmunitarios y reproductivos interactúan entre sí, por lo que aunque estos hallazgos no son sorprendentes, deben validar las experiencias del público y asegurar que si se producen cambios en el flujo durante o después de la infección por COVID-19, es probable que sean pequeños y temporales.
“Los cambios en el ciclo menstrual pueden ser preocupantes e incluso aterradores”, dijo Darney, profesora adjunta de obstetricia y ginecología en OHSU School of Medicine. “Queremos que esta investigación les asegure a las personas que, a nivel de población, estos cambios no suelen ser motivo de preocupación”.
Los cambios en el ciclo probablemente se deban a la activación temporal de la respuesta inmunitaria relacionada con la enfermedad, pero debido a que las personas naturalmente experimentan variaciones en la duración del ciclo menstrual y los patrones de sangrado, los investigadores dicen que es difícil aislar el COVID-19 como una única causa. El equipo de investigación también señala que el estudio no se centró en personas que se sabe que están teniendo COVID-19 persistente. Los médicos-científicos también recomiendan que las personas que notan cambios prolongados en la menstruación pidan orientación a su médico.
En adelante, las investigadoras esperan aprender más sobre el mecanismo biológico de estos cambios, y seguirán aprovechando los datos de las aplicaciones de seguimiento del ciclo para investigar otros cambios notificados en la menstruación después de la vacunación, como meses sin período, sangrado vaginal y dolor inesperados.
La investigación informada en esta publicación contó con el apoyo del Eunice Kennedy Shriver National Institute of Child Health & Human Development, de los Institutos Nacionales de Salud, con el número de premio R01HD089957. El contenido es exclusiva responsabilidad de los autores y no necesariamente representa la visión oficial de los Institutos Nacionales de Salud.