Preguntas y respuestas

¿Por qué debería vacunar a mi hijo?

Los niños nacen con sistemas inmunitarios increíbles que pueden combatir la mayoría de los gérmenes, pero algunos virus y bacterias pueden causar enfermedades especialmente graves e incluso letales. Las vacunas ayudan al sistema inmunitario a producir anticuerpos que protegen específicamente a los niños de contraer enfermedades; además, reducen el riesgo de sufrir la forma grave de la enfermedad si la contraen. Las vacunas son como las actualizaciones de seguridad de su teléfono o computadora: son como actualizaciones de seguridad para su sistema inmunitario.

Las vacunas no solo protegen a su hijo y a su familia; también ayudan a prevenir la propagación de enfermedades entre sus amigos, seres queridos y comunidad.

Las vacunas son muy seguras y efectivas, y ayudan a prevenir enfermedades graves. Las vacunas se administran a los niños solo después de haber pasado un extenso proceso de pruebas y revisiones exhaustivas por parte de científicos, clínicos y profesionales de la salud.

¿Qué vacunas se recomiendan para este año?

Tanto los centros para el control y la prevención de enfermedades, o CDC, como la Academia Estadounidense de Pediatría, conocida como AAP, recomiendan que los niños reciban la vacuna contra la gripe todas las temporadas de influenza, que se extienden desde el otoño hasta principios de la primavera. La temporada de influenza por lo general alcanza su nivel máximo entre diciembre y febrero. Las vacunas contra la gripe para niños están ampliamente disponibles en estos momentos.

Además, se recomienda que todas las personas de 6 meses de edad en adelante reciban la vacuna contra el COVID-19. Los niños mayores de 5 años deben recibir una vacuna actualizada contra el COVID-19, antes conocida como “refuerzo”, al menos dos meses después de haber recibido la última dosis de cualquier vacuna contra el COVID-19. Hay una vacuna actualizada contra el COVID-19, formulada para combatir las cepas más recientes del virus, que estará disponible para los niños en octubre.

Por supuesto hay otras vacunas infantiles que le administrará su pediatra en sus chequeos de salud, de acuerdo con el calendario de vacunación estándar.

¿Mi hijo sufrirá efectos secundarios después de vacunarse?

Los efectos muy leves son normales con cualquier vacuna e indican que el sistema inmunitario de su hijo está respondiendo a la vacuna; la mayoría son menores y desaparecen en unos pocos días. Los efectos secundarios frecuentes incluyen cansancio, dolor de cabeza, estado febril —generalmente por debajo de los 100 grados— y algo de sensibilidad en la zona de la inyección. En el caso de síntomas graves o que duran 72 horas o más, contacte al pediatra de su hijo.

¿Dónde y cuándo puedo programar una cita para la vacuna?

Alcanzar la inmunidad completa después de vacunarse lleva varias semanas entonces, como ya se acerca el otoño, instamos a las familias a programar citas para sus hijos lo antes posible.

Puede acceder a las vacunas a través de su proveedor de atención primaria. De no ser así, puede contactar al departamento de salud de su condado o a su centro de salud comunitario; todas deberían estar cubiertas por el seguro. Hay muchas farmacias que administran vacunas contra la gripe y el COVID a niños a partir de los 7 años.

Una preocupación de los padres puede ser que están “sobrecargando” el sistema inmunitario de sus hijos, pero no hay de qué preocuparse: los sistemas inmunitarios de los niños no sufrirán ningún problema si reciben varias vacunas en una misma consulta. Si le resulta conveniente, no dude en hacerle administrar todas sus vacunas de rutina durante la consulta de chequeo anual.

Si desea encontrar centros de vacunación en su área, puede visita el sitio web Get Vaccinated Oregon de la Autoridad de Salud de Oregón.

¿Qué información importante debería conocer acerca de la nueva vacuna contra el RSV?

Este año, los CDC aprobaron un nuevo tratamiento para proteger a los bebés del virus sincitial respiratorio, o RSV. El medicamento, Beyfortus (nirsevimab) —también recomendado por la AAP— es un anticuerpo monoclonal de acción prolongada que se administra con una inyección y es sumamente efectivo para prevenir la forma grave de la infección por el RSV.

Todos los bebés que tendrán menos de 8 meses al comienzo de la temporada de RSV, que generalmente es el 1 de octubre, y todos los bebés nacidos entre octubre y abril, deben recibir una dosis única de Beyfortus (nirsevimab). El medicamento será particularmente importante para los bebés prematuros o los que tienen otros problemas médicos, especialmente los que corren un riesgo más alto de enfermarse gravemente a causa del RSV.

Los expertos prevén que Beyfortus estará disponible en los centros de atención médica en algún momento del otoño. Sin embargo, al igual que con cualquier producto nuevo, no estará disponible inmediatamente en todos los entornos clínicos. La AAP y otras agencias han expresado su preocupación acerca de la distribución y han enfatizado la necesidad de equidad, para garantizar que esté disponible en todas las comunidades y que todos lo puedan costear.

En Oregón, los tiempos y logística en torno a la disponibilidad del Beyfortus son inciertos, pero los expertos en pediatría de OHSU están en conversaciones con agencias estatales y federales para garantizar su distribución de la manera más rápida, eficiente y equitativa posible. Si tiene alguna duda o se pregunta si su hijo sería elegible esta temporada, hable con su profesional médico.

¿Qué más puedo hacer para proteger a mi hijo de las enfermedades respiratorias?

Además de mantener sus vacunas al día, lo mejor que pueden hacer los padres y cuidadores para mantener a los niños sanos y protegidos durante esta temporada de otoño e invierno es adoptar todas las medidas que se enfatizaron durante la pandemia del COVID-19:

• Usar mascarilla en lugares públicos.
• Evitar el contacto con personas enfermas.
• No llevar a los niños a la escuela y a otros eventos cuando estén enfermos.
• Lavarse las manos con frecuencia.
• Limpiar y desinfectar superficies.
• Limitar la exposición de los bebés a visitas frecuentes y a grandes aglomeraciones, especialmente si corren riesgo de enfermarse gravemente y/o si son menores de 12 semanas.