Cuando Rhonda Stranz, de 51 años, sintió tres bultos en su axila, no llamó a su médico; fue directamente a su consultorio. Como sobreviviente de cáncer de mama, Stranz dijo que cuando sintió esos bultos supo que tenía que ver a su oncólogo ese mismo día.
Una biopsia confirmó la noticia que Stranz tanto temía: su cáncer había vuelto. Stranz había estado libre de cáncer por solo un mes aproximadamente. Ya se había sometido a una cirugía y a quimioterapia, y su equipo de atención creía que “habían sacado todo”, dice.
Pero volvió, dice Stranz, “y volvió para vengarse”.
Su médico de ese momento le dijo que no se podía hacer nada; nunca antes había visto un caso así. “Me dijo que estimaba que me quedaba un año de vida”, dice. “Fue devastador”.
En lugar de rendirse, Stranz se aferró a la esperanza. “No había nada que me ayudara en Washington, ni siquiera en Seattle”, dice. “Pero OHSU estaba haciendo este ensayo clínico y gracias al cielo me aceptó”.
La importancia de entender el proceso biológico del cáncer
Los tumores nuevos le causaban dolor fuerte, inflamación y cambios en la piel. El oncólogo local de Stranz en Vancouver, Washington, la refirió a OHSU en mayo de 2023 con diagnóstico de cáncer de mama recurrente.
Cuando Stranz vio por primera vez a su oncóloga de OHSU, Dra. Shivaani Kummar, FACP, su brazo estaba tan inflamado que apenas podía moverlo. Tenía ronchas rojas, los dedos hinchados, y la piel de la pared torácica y del brazo se estaba resquebrajando. Su cáncer avanzado se había extendido desde el lugar original en la mama a los nódulos linfáticos de la axila.
Kummar cuenta que el equipo de OHSU consideró la radioterapia para ayudar a tratar los nuevos tumores de la axila, pero les preocupaba que dañara la piel aún más. Después de analizar el informe de análisis genómicos de Stranz, el equipo supo que tenía una mutación, o cambio, en un gen, que no es muy frecuente. Kummar dice que les dio esperanza que OHSU tuviera un ensayo clínico disponible para estudiar un nuevo fármaco experimental orientado a esa mutación exactamente: TP53 Y220C.
“Después de conversarlo con Rhonda, decidimos que íbamos a probar este fármaco experimental contra su mutación singular en el ensayo clínico y, si no funcionaba, íbamos a intentar con radioterapia”, dice Kummar, directora de la división de Hematología y Oncología Médica de OHSU School of Medicine y vicedirectora adjunta del OHSU Knight Cancer Institute.
Después de inscribirse oficialmente en el ensayo patrocinado por PMV Pharmaceuticals en junio de 2023, Stranz comenzó a tomar el medicamento experimental, llamado PCPC14586*, todos los días. Empezó a venir a OHSU una vez a la semana para hacerse análisis y para un control.
“Dentro de la primera semana de tratamiento en el ensayo clínico, Rhonda empezó a sentirse mejor, disminuyó el dolor y su piel empezó a cicatrizar”, dice Kummar. “En el mes que siguió, mejoró notablemente la movilidad de su brazo”.
Hoy solo viene a OHSU una vez cada tres semanas. Stranz dice que es mucho más fácil para ella ahora que tiene que viajar menos a Portland. ¿Y lo mejor de todo? “Mis tumores se achicaron y las marcas en mi piel cicatrizaron”, dice.
“Estoy bastante entusiasmada con este medicamento y otros que están desarrollando para mutaciones genéticas específicas que observamos en tumores”, dice Kummar. “Sabemos que la secuencia del TP53 es importante y se altera con el cáncer. Y ahora estamos probando medicamentos orientados específicamente a una de estas alteraciones”.
Cómo funcionan los ensayos clínicos en etapa inicial
Como codirectora del Centro de Terapias Experimentales del OHSU Knight Cancer Institute, Kummar dice que la clave para el tratamiento de Rhonda era entender que su tumor tiene una mutación genómica poco frecuente y tener acceso a un ensayo clínico para probar un nuevo fármaco experimental para tratar esa mutación.
“A medida que vamos entendiendo más los procesos biológicos del cáncer, tenemos más posibilidad de identificar y desarrollar fármacos orientados a tratar las anomalías que impulsan el crecimiento del cáncer”, dice.
Por lo general, los ensayos clínicos de fase I se hacen para encontrar la dosis segura y la mejor forma de administración del tratamiento, o para analizar cómo afecta al organismo o combate el cáncer el tratamiento.
“Me encantaría que, en este campo, tanto entre pacientes como entre médicos, empezáramos a pensar en los ensayos en etapa inicial como una opción para pacientes cuyos tumores siguen progresando al usar los tratamientos disponibles”, dice Kummar.
Kummar enfatiza que todo el equipo del ensayo clínico en etapa inicial se mostró crítico con el tratamiento de Stranz. La enfermera con práctica médica Sandra Youngworth, D.N.P., y la coordinadora de investigaciones médicas Vicki Abtin “desempeñaron un papel fundamental en el proceso de tratamiento de Rhonda”.
“La Dra. Kummar es maravillosa; es increíble”, dice Stanz. “Nada de lo que diga es suficiente sobre su fantástico equipo. Definitivamente es un equipo que trabaja en conjunto para ayudarla a garantizar que esto funcione para mí”.
“Hay tanto que ahora me animo a soñar”
Ahora que hace más de cuatro meses que participa del ensayo y los resultados son alentadores, Stranz dice que “hay tanto que ahora se anima a soñar”.
“Tengo fe de que podré ver a mi hija graduarse de la escuela secundaria en 2026”, dice. “Ella fue mi roca, y me ha cuidado a lo largo de todo este camino tan difícil. Cuando dijeron que tenía menos de un año de vida, me sentía muy mal. Ahora vuelvo a tener esperanza”.
Stranz tiene un consejo para los pacientes que están evaluando participar en un ensayo clínico: “Hablen con su médico sobre ensayos clínicos. Si les recomiendan un ensayo clínico, consideren participar”, dice. “En mi opinión, los ensayos son el futuro”.
* El PCPC14586 no fue aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos en términos de seguridad y efectividad y está siendo sometido a un estudio clínico inicial para confirmar que sea seguro y efectivo.
El estudio contó con el financiamiento de PMV Pharmaceuticals.