Un equipo de investigadores de Oregon Health & Science University recibió fondos por $2 millones de los Institutos Nacionales de Salud para ampliar su trabajo de investigación en curso sobre las consecuencias ambientales para la salud respiratoria de los niños, en el marco del programa Environmental Influences on Child Health Outcomes, o ECHO.
El objetivo del programa ECHO es entender los efectos de una enorme variedad de exposiciones ambientales en la salud y el desarrollo infantil, e identificar oportunidades para mejorar la salud y el bienestar de las personas a lo largo de toda su vida. El programa estudia los efectos ambientales para cinco áreas clave en salud: embarazo y parto, respiración, peso corporal, neurodesarrollo y bienestar.
Desde que se sumó a ECHO en 2016, OHSU se ha concentrado en la salud respiratoria. Los investigadores han seguido a 360 pares madre-hijo para evaluar cómo afectaba la exposición al humo su función pulmonar y la salud respiratoria.
Con estos fondos adicionales, OHSU podrá continuar siguiendo a la cohorte actual de participantes hasta que los niños cumplan 21 años. Además, estos fondos permitirán incorporar nuevas personas embarazadas al estudio para evaluar nuevas exposiciones de preocupación durante el embarazo, como el uso de cigarrillos electrónicos, el consumo de marihuana y los efectos del cambio climático, así como qué influencia tienen los factores sociales en estas consecuencias.
“El equipo de ECHO personifica el concepto de ciencia en equipo, que es necesaria para lograr avances en torno a las consecuencias para la salud infantil”, dijo la Dra. Cindy McEvoy, profesora de pediatría en OHSU School of Medicine, que encabeza el equipo de ECHO en OHSU junto con el Dr. Eliot Spindel, Ph.D., profesor de neurociencia en el Oregon National Primate Research Center. “Participar en ECHO le da a OHSU la oportunidad de aprovechar un juego de datos de alcance nacional con más de 50,000 pares madre-hijo de los 50 estados, que representan a personas de diferentes situaciones socioeconómicas, razas y etnias. Esta cohorte grande y diversa es crucial para poder identificar las desigualdades en el acceso a la salud e implementar intervenciones para mejorar la salud de los niños de todas las comunidades”.
Entender el impacto del humo
La exposición ambiental al humo puede ser peligroso para un bebé en desarrollo y está asociada a consecuencias perjudiciales para la salud, como alteraciones en el desarrollo pulmonar del feto, disminución en la función de las vías respiratorias y mayor riesgo de sibilancias y asma. Además, un desarrollo incompleto de las vías respiratorias al principio de la vida aumenta el riesgo de afecciones crónicas graves, como enfermedad pulmonar obstructiva crónica, que hoy es la tercera causa principal de muerte en todo el mundo.
McEvoy señala la importancia de la influencia ambiental adversa para ciertas poblaciones.
“Hay muchos factores que pueden aumentar el riesgo de un niño de sufrir consecuencias perjudiciales para su salud respiratoria. Muchos de estos factores tienen que ver con el entorno del niño en el útero y a lo largo de los primeros años de vida”, Explicó McEvoy. “El entorno que nos rodea, la ubicación del hogar o vecindario, incluso factores en los que uno no pensaría como la proximidad del hogar a un parque o a una autopista, son todas cuestiones que pueden afectar la salud de un niño”.
Para seguir investigando estas desigualdades, McEvoy y su equipo aprovecharán la tecnología de geocodificación, que permite el seguimiento de pacientes particulares por ubicación y analizar la forma en que los factores sociales, físicos y ambientales creados influyen en la salud durante el embarazo y la primera infancia.
Investigarán los efectos de la exposición a la contaminación del aire ambiental durante el embarazo, tanto a partículas pequeñas como grandes, al humo de tabaco, del cannabis y de cigarrillos electrónicos. Luego analizarán los efectos de estas exposiciones para el niño, incluidas las consecuencias para la salud respiratoria, cardiovascular, metabólica y conductual. Esto podría ayudar a identificar momentos y períodos críticos de exposición y basar futuras intervenciones y políticas de atención médica para mitigar los riesgos en esta información.
“Estas herramientas nos permiten ser muy precisos”, dijo McEvoy. “Por ejemplo, podemos rastrear la exposición a la contaminación directamente en una casa o cuadra en particular, en un momento en particular. Las posibilidades de aprendizaje que se nos presentan nos entusiasman mucho”.
A futuro, los investigadores esperan que su trabajo propicie una mayor comprensión y tratamientos para los efectos que tienen en la salud otros problemas ambientales emergentes, como los incendios forestales. El equipo también se concentrará en estudiar el efecto de las políticas nacionales sobre la salud infantil.
La investigación informada en esta publicación contó con el apoyo de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), con el número de subvención UH3OD023288. El contenido es exclusiva responsabilidad de los autores y no necesariamente representa la visión oficial de los Institutos Nacionales de Salud.