El cáncer de pulmón es un asesino famoso. Según la American Cancer Society, la enfermedad derriba a más de 125,000 estadounidenses todos los años —más que los cánceres de colon, de mama y de próstata combinados. Por muchos años el pronóstico fue lúgubre y las tasas de supervivencia angustiosamente bajas.
Pero no tiene por qué ser así, dicen los profesionales clínicos y científicos de OHSU Knight Cancer Institute. El cáncer de pulmón se puede tratar y curar —siempre y cuando se detecte en forma temprana.
Equipados con tecnología innovadora, los equipos de OHSU Knight Cancer Institute lanzarán un proyecto cuyo objetivo es modificar la forma en que se trata el cáncer.
La iniciativa, que podría salvar miles de vidas y aliviar de manera sustancial la carga de la enfermedad en Oregón, lanza el día nacional de las pruebas de detección del cáncer de pulmón el 11 de septiembre, y tiene cuatro componentes:
- Detectar el cáncer en forma temprana a través de pruebas de detección anuales
- Un robot de alta tecnología que permite observar las porciones más profundas del pulmón, donde suelen comenzar la mayoría de los tumores
- Más apoyo para los pacientes, incluidos los servicios de asesores de enfermería
- Más herramientas para ayudar a las personas a dejar de fumar; aunque cualquier persona puede tener cáncer de pulmón, quienes fuman actualmente o las que fumaban en el pasado, son las que mayor riesgo corren
Este tipo de innovaciones mejora la probabilidad de detectar el cáncer en su estadio más temprano y aumentan la tasa de supervivencia de cinco años de los pacientes en más del 90%. Esto es un enorme contraste con lo que ocurre cuando el cáncer se detecta tarde; en ese caso las tasas de supervivencia son del 10%.
“Las pruebas anuales de CT de dosis baja de tórax es una prueba de detección del cáncer de pulmón rápida, fácil e indolora”, dice la radióloga Dra. Chara Rydzak, Ph.D., una de las tres codirectoras del nuevo programa y profesora adjunta de Radiología de diagnóstico en OHSU School of Medicine. “Nos permite diagnosticar cánceres de pulmón rápidamente y en la etapa más temprana posible. Esto mejora las tasas de supervivencia y cura para los pacientes, para que tengan más tiempo para disfrutar la vida con sus seres queridos”.
Los otros directores del programa son la Dra. Katie Putnam, M.P.H., médica residente en medicina familiar, y el Dr. Peter Lee, M.H.S., profesor adjunto de medicina (neumonología y cuidados críticos) en OHSU School of Medicine.
“Si logramos detectarlo temprano, la diferencia puede ser enorme”, dice la enfermera coordinadora de casos, Ann Spencer, RN. “Esta prueba de detección podría beneficiar a miles de personas en Oregón”.
Las pruebas de detección salvan vidas
En las primeras etapas, el cáncer de pulmón no provoca síntomas, no hay bultos, masas ni manchas o lunares que uno pueda detectar. Esto suele implicar que no se descubra hasta que alcanza una etapa avanzada y ya se propagó en el organismo. Solo el 25% de todos los casos se detecta en el estadio I, según cifras del National Cancer Institute, que depende de los Institutos Nacionales de Salud.
Sin embargo, la CT de dosis baja permite detectar el cáncer de pulmón mucho antes de que los pacientes perciban algún síntoma. Hasta 2015, los pacientes debían pagar sus propias pruebas de detección. Ese año Medicare comenzó a pagarlas y ahora la mayoría de los planes cubren la prueba de detección para personas de alto riesgo.
En 2021, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos publicó nuevas pautas, y específico qué tipos de pacientes serían los más beneficiados: cualquier persona de entre 50 y 80 años con antecedentes de haber fumado una cajetilla al día durante 20 años, que todavía fuma o que lo dejó en los últimos 15 años. Las nuevas recomendaciones duplican la cantidad de personas negras y mujeres que ahora son elegibles para las pruebas de detección.
Sin embargo, el uso de estas pruebas ha sido bajo. En Oregón, solo el 7% de la población elegible se hizo una prueba de detección en 2022. El equipo de investigación identificó dos obstáculos en particular: la accesibilidad y el “nihilismo terapéutico”, o la noción errónea de que no se puede tratar el cáncer de pulmón.
Para sortear esos obstáculos, OHSU lanzó un ambicioso programa para lograr que más personas se hagan pruebas de detección.
“Es fundamental que los fumadores y exfumadores se hagan la prueba de detección”, dice la enfermera coordinadora Eliza Kaiser, RN, B.S.N., CCRN. “La detección temprana puede cambiar la situación”.
Los asesores de enfermería, como Kaiser y Spencer, ayudan a los pacientes a inscribirse para la prueba de detección, programan sus citas, los ayudan a dejar de fumar y coordinan su atención con los diferentes especialistas. “Estamos a su lado en cada paso del camino”, dice Kaiser.
Una CT de dosis baja suele durar 15 minutos. Si el estudio muestra algo sospechoso, los asesores de enfermería también ayudan a los pacientes con lo que sigue: averiguar si tienen cáncer.
Un GPS para el pulmón
En las profundidades del laberinto que es el pulmón, en un túnel brillante con pequeñas manchitas de color rojo y rosa, el camino se abre en dos. Con el ruido suave de los ventiladores y los monitores de signos vitales, Lee, codirector del programa y neumonólogo intervencionistas, revisa sus coordenadas. En la bifurcación irá hacia la izquierda. Con una bola de desplazamiento y una rueda para desplazarse, avanza con pericia. Parece una escena de Star Wars, pero Lee y su equipo están en un quirófano en OHSU guiando una sonda ultradelgada a través del pulmón de un paciente, con la ayuda de un robot.
A veces una prueba permite ver una mancha en el pulmón, conocida como nódulo pulmonar. La mayoría de los nódulos son inofensivos; por lo general los pequeños son resultado de tejido cicatrizado a raíz de alguna infección antigua y no son motivo de preocupación. Un nódulo más grande tiene mayor probabilidad de ser cáncer, y se puede tratar con cirugía si se detecta a tiempo. Pero primero, el equipo debe esta seguro de si es o no cáncer. Eso requiere una broncoscopia, que es un procedimiento mediante el cual Lee y su equipo llegan a las profundidades del pulmón para tomar muestras de nódulos preocupantes, a través de un sistema robótico de navegación llamado Ion pero al que le pusieron el sobrenombre afectuoso de “Rosey”.
La broncoscopia es un procedimiento complicado, porque las vías respiratorias son un laberinto intrincado de caminos que se bifurcan y se vuelven cada vez más angostos y con más vericuetos a medida que se van abriendo en lo más profundo del pulmón. Para poder seguir el curso a lo largo de ese laberinto, Rydzak, radióloga torácica, examina la CT y marca el lugar exacto en el que está ubicado el nódulo. Rosey funciona con una tecnología sofisticada que permite crear un mapa de ruta tridimensional detallado del mejor camino, como si fuera un GPS para el pulmón.
“Es una herramienta poderosa”, dice Lee. “El Ion es mucho más preciso que los sistemas de navegación más antiguos, y es muy seguro. Podemos llegar a nódulos en rincones del pulmón a los que no podemos llegar con otras herramientas”.
Una vez que el paciente está sedado para que no sienta molestias, Lee guía suavemente la sonda a través de los vericuetos de las vías respiratorias. Rosey funciona con tecnología de fibra óptica para estabilizar la sonda y mantenerla encaminada. Cuando la sonda llega finalmente al nódulo, Lee activa una herramienta criogénica que congela y extrae una pequeña muestra del nódulo, para que el equipo de patología lo analice. Si resulta ser cáncer, el equipo puede hacer más pruebas para saber cuál sería el tratamiento más efectivo. En algunos casos es posible adaptar la terapia en función del perfil genómico específico del cáncer.
Sala de respiración
En el pasado, el tratamiento del cáncer suponía una cirugía para extirpar un pulmón entero a través de una incisión grande. Por muchos años, los cirujanos torácicos de OHSU han extraído cánceres de pulmón en etapas tempranas con incisiones muy pequeñas y técnicas mínimamente invasivas, que permiten preservar una parte más grande del pulmón del paciente. Si aumentan las tasas de detección temprana, estas técnicas que salvan vidas se pueden usar para ayudar a más personas.
“Sabemos hacer cirugías mayores y complicadas de pulmón para casos de cáncer avanzado y, cuando es necesario, estamos aquí”, dice el Dr. Paul Schipper, FACS, FACCP, profesor de cirugía (cirugía cardiotorácica) en OHSU School of Medicine. “Sin embargo, la detección temprana por fin nos da la oportunidad de curar el cáncer de pulmón de muchas más personas sin afectar tanto tejido pulmonar sano, para que puedan reanudar sus vidas”.
“Identificar los cánceres en forma temprana nos permite, como cirujanos, tratar quirúrgicamente el cáncer de manera efectiva y al mismo tiempo preservar la función pulmonar de nuestros pacientes”, añade la Dra. Ruchi Thanawala, M.S., FACS, profesor asistente de cirugía cardiotorácica, OHSU School of Medicine.
La detección temprana del cáncer de pulmón también abre la puerta a tipos de radioterapia con alto potencial.
“En las últimas dos décadas, los avances en imagenología, administración de radioterapia y modelos computarizados han mejorado sustancialmente las opciones de radioterapia para el cáncer de pulmón”, dice el Dr. Josh Walker, Ph.D., profesor adjunto de biología celular, evolutiva y del cáncer en OHSU School of Medicine. Para algunos pacientes esto implica la cura de un cáncer en su primera etapa con tan solo tres tratamientos de radioterapia.
“Podemos usar estas técnicas de precisión en pacientes que no son buenos candidatos para una cirugía, y podemos curar el cáncer de pulmón en sus primeras etapas en más del 95% de los casos”, dice Walker.
La inmunoterapia también está comenzando a ayudar a más pacientes. En enero, la Administración de Alimentos y Medicamentos aprobó el fármaco para inmunoterapia pembrolizumab, conocido por su nombre de marca Keytruda, para ayudar a los pacientes que ya se sometieron a una cirugía y a quimioterapia para ciertos tipos de cáncer de pulmón, y hay estudios en curso para investigar si puede resultar útil administrarlo en etapas tempranas del tratamiento.
El cáncer de pulmón no es siempre consecuencia de fumar, pero las personas que fuman tienen un riesgo mucho más alto. Los especialistas en tratamiento para dejar de fumar de OHSU ofrecen asesoramiento, medicamentos y seguimiento para ayudar a las personas a dejar de fumar, y de esta forma ofrecen un apoyo que incrementa notablemente el número de personas que deja de fumar y baja el riesgo de cáncer y otras afecciones.
En general, el equipo de OHSU es optimista con respecto a que la nueva iniciativa aliente a más personas a hacerse cargo personalmente de su salud, hacerse pruebas de detección y respirar más aliviadas.
“Queremos ser socios de nuestros pacientes y nuestras comunidades y luchar junto a ellos en su camino hacia la salud, dice Putnam, codirectora del programa y residente de medicina familiar. “Un programa sólido de pruebas de detección de cáncer de pulmón nos ayudará a detectar el cáncer antes y brindará a la gente las herramientas que necesitan para volver a hacer lo que aman más pronto”.
Vea más información sobre las pruebas de detección de cáncer de pulmón en OHSU.