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OHSU busca reducir las diferencias en la forma en que los hombres y las mujeres experimentan y reciben tratamiento para el dolor

El Center for Women’s Health realiza una encuesta para estudiar una variedad de opciones de manejo del dolor, y para mejorar la seguridad y la confianza con los pacientes
La Dra. María Rodríguez, M.P.H., profesora de obstetricia y ginecología en la School of Medicine de Oregon Health & Science University y la Dra. Lisa Bayer, M.P.H., hablan sobre el dolor y la ginecología. Profesionales médicas del Center for Women’s Health de OHSU están abordando las disparidades de género en el manejo del dolor, ofreciendo una amplia gama de opciones de tratamiento durante los procedimientos ginecológicos estándar. (OHSU/Christine Torres Hicks)
La Dra. María Rodríguez, M.P.H., profesora de obstetricia y ginecología en la School of Medicine de Oregon Health & Science University y la Dra. Lisa Bayer, M.P.H., hablan sobre el dolor y la ginecología. Profesionales médicas del Center for Women’s Health de OHSU están abordando las disparidades de género en el manejo del dolor, ofreciendo una amplia gama de opciones de tratamiento durante los procedimientos ginecológicos estándar. (OHSU/Christine Torres Hicks)

Si bien el dolor es una experiencia universal, en entornos clínicos, es común que el dolor de las mujeres sea minimizado o ignorado.

Maria Rodriguez, M.D., M.P.H. (OHSU)
Maria Rodriguez, M.D., M.P.H. (OHSU)

"El dolor se puede descartar de muchas maneras. Es posible que a las mujeres se les haya dicho que ignoren sus fuertes cólicos menstruales porque 'se supone que los períodos son dolorosos', o pueden haber sentido un dolor insoportable durante la inserción de un DIU después de que se les dijera que no deberían sentir 'nada más que un pellizco'", dice la Dra. María Rodríguez, M.P.H., profesora de obstetricia y ginecología en la OHSU School of Medicine y directora del OHSU Center for Reproductive Health Equity.

Estas situaciones ocurren regularmente en los entornos de atención médica de las mujeres, y la frustración y el aislamiento que muchas mujeres sienten cuando buscan atención es una experiencia demasiado común.

Varios estudios muestran las claras diferencias de género en la forma en que los profesionales de la salud ven y tratan el dolor. Por ejemplo, los hombres esperan un promedio de 49 minutos en la sala de emergencias con dolor de estómago intenso antes de recibir analgésicos, mientras que las mujeres esperan un promedio de 65. Incluso en el campo de la obstetricia y ginecología, las investigaciones muestran que los médicos reconocen menos el dolor que experimenta su paciente durante la colocación del DIU o los procedimientos de histeroscopia. Como resultado, las pacientes corren el riesgo de recibir un tratamiento insuficiente durante procedimientos y exámenes dolorosos.

Lisa Bayer, M.D., M.P.H. (OHSU)
Lisa Bayer, M.D., M.P.H. (OHSU)

Los expertos del Center for Women’s Health de OHSU, como las Dras. Rodríguez y Lisa Bayer, M.P.H., tienen el compromiso de reducir estas disparidades en los procedimientos ginecológicos, desde la estandarización de las opciones de manejo del dolor hasta la encuesta a los pacientes sobre sus experiencias.

"En el campo de la medicina, hay un subreconocimiento del dolor de las mujeres, así como una falta de atención al mismo", dice Rodríguez. "Hay una sensación general de que el dolor de las mujeres es normal y, por lo tanto, deben tolerarlo sin medicamentos.

"Muchas pacientes que veo nunca tuvieron la expectativa de que un examen no les causaría dolor. Eso me horrorizó y entristeció porque ciertamente no tiene por qué ser así".

Manejo individualizado del dolor

Uno de los enfoques más eficaces para el manejo del dolor es individualizar la atención para satisfacer las necesidades de cada paciente. Esto requiere tener una variedad de opciones disponibles para el manejo del dolor, así como tener entre el personal profesionales médicos que se sientan cómodos al brindar esas opciones. En el Center for Women’s Health, el manejo del dolor puede incluir:

  • Medidas de comodidad, como una almohadilla térmica, luces tenues o escuchar música.
  • Medicamentos orales, como ibuprofeno o Tylenol.
  • Un anestésico local, como un gel anestésico que se coloca alrededor de la abertura de la vagina o una inyección de medicamento anestésico alrededor del cuello uterino.
  • Sedación mínima, como un analgésico opiáceo, un ansiolítico u óxido nitroso a través de un dispositivo nasal.
  • Sedación moderada, como un ansiolítico combinado con un analgésico opiáceo por vía intravenosa.
  • Sedación en el quirófano, como la sedación profunda o la anestesia general, que controla un anestesiólogo.

Construir una relación de confianza entre las pacientes y los profesionales médicos, una en la que la paciente se sienta segura y escuchada, también puede ayudar a reducir el dolor y crear una experiencia más positiva.

"Es muy importante tomarse el tiempo para escuchar a cada paciente y prestar verdadera atención a sus inquietudes y experiencias pasadas", dice Rodríguez. "Por ejemplo, ¿hay antecedentes de agresión sexual? ¿Hay antecedentes de dolor durante las relaciones sexuales? ¿Cómo han sido los exámenes para ellas en el pasado? Todos estamos programados de manera diferente y respondemos al dolor en diferentes formas, por lo que discutir estas cosas ayuda a comprender cuáles serían las mejores opciones de atención para cada paciente".

Encuesta para conocer las opiniones de los pacientes

Para entender profundamente las experiencias de los pacientes con el dolor, así como el nivel de impacto que los esfuerzos del centro están teniendo en los muchos campus y tipos de profesionales médicos de OHSU, Rodríguez, Bayer y sus colegas del equipo de experiencia del paciente de OHSU están colaborando para distribuir una encuesta que busca comentarios directos de los pacientes.

La encuesta se enviará a pacientes de OHSU que hayan recibido recientemente un examen o procedimiento pélvico, que podría incluir la colocación de un DIU, una biopsia vulvar o una serie de otros procedimientos ginecológicos estándar. Las preguntas de la encuesta medirán los niveles generales de comodidad de los pacientes, incluida la eficacia con la que sintieron que su profesional médico/a abordó sus necesidades e inquietudes.

"Un factor importante en este problema es que no hay opciones de manejo del dolor que se ofrezcan como estándar de atención en todos los entornos de atención médica", dice Bayer, profesora asociada de obstetricia y ginecología en OHSU School of Medicine. "Cuando asesoro a pacientes en OHSU, muchas a menudo comentan que ni siquiera se dieron cuenta de que había opciones disponibles.

"Es gratificante decirles que no necesitan sufrir con otro examen o procedimiento doloroso".

Los conocimientos de la encuesta recopilados se utilizarán para ayudar a los profesionales médicos de OHSU a implementar pautas y procedimientos que minimicen aún más el dolor y mejoren los esfuerzos para crear un entorno seguro y cómodo para pacientes. La encuesta también tendrá en cuenta los datos demográficos clave de los pacientes, reconociendo que las discrepancias de género en el dolor son aún más graves para las mujeres de color y las mujeres trans.

Sobre todo, Bayer señala la importancia de la colaboración y la comunicación abierta antes, durante y después de una consulta.

"Cada paciente tendrá necesidades únicas, y es nuestro trabajo como profesionales médicos identificarlas", dice. "A veces tenemos que cambiar durante un procedimiento o incluso abandonar un procedimiento por completo porque esas necesidades no se satisfacen. Siempre queremos que la paciente se sienta cómoda y en control de su cuerpo".

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