El nuevo estudio revela que un tipo de anticuerpo monoclonal que ya fue probado para ciertos tipos de cáncer podría ser un tratamiento prometedor para frenar el avance de la esclerosis lateral amiotrófica, o ELA, una enfermedad neurodegenerativa fatal.
El estudio, a cargo de científicos de Oregon Health & Science University, fue publicado hoy en Proccedings, de la National Academy of Sciences.
El estudio, que se realizó en un modelo animal y se confirmó en tejido cerebral de seres humanos afectados por la ELA y donados después el fallecimiento de los pacientes, reveló por primera vez que la modulación de las células del sistema inmunitario puede desacelerar el progreso de la enfermedad. Algunos estudios anteriores sugerían que las células del sistema inmunitario desempeñaban un papel en la ELA, pero esta vez los investigadores usaron una técnica de detección de alto rendimiento para identificar un tipo de proteína en particular expresado en las células del sistema inmunitario del cerebro y la médula espinal de personas con ELA.
Los investigadores estudiaron la proteína, conocida como integrina alfa 5.
“Cuando bloqueamos su expresión en ratones, pudimos desacelerar la enfermedad”, dijo la autora sénior, Bahareh Ajami, Ph.D., profesora adjunta de microbiología molecular, inmunología y neurociencias del comportamiento en OHSU School of Medicine. “Esperamos que esto llegue a la práctica clínica muy pronto”.
El equipo usó un anticuerpo monoclonal que ataca la integrina a5 y que ya había sido desarrollado y utilizado para el tratamiento de ciertos tipos de cáncer. Esto significa que ya atravesó exhaustivas pruebas de seguridad para lograr su aprobación a través de la Administración de Alimentos y Medicamentos.
“Esperamos que se le pueda dar este nuevo uso”, dijo.
Utilizando tejido postmorten de 139 cerebros donados con fines de investigación, los científicos confirmaron la presencia de integrina a5 en áreas del cerebro asociadas a la función motora. Específicamente, encontraron la integrina a5 expresada por células microgliales y macrófagas en la sangre, que son células asociadas al sistema inmunitario, con alta presencia en la médula espinal, la corteza motora y el sistema nervioso periférico en casos de ELA.
Luego analizaron el anticuerpo monoclonal para la integrina a5 en ratones con predisposición genética como portadores de ELA y descubrieron que protegía la función motora, demoraba la progresión de la enfermedad y aumentaba el tiempo de supervivencia de los ratones.
“No podíamos creer cuánto mejor estaban”, dijo Ajami.
Ajami, cuyo laboratorio se especializa en la modulación del sistema inmunitario para tratar enfermedades neurodegenerativas, dijo que el estudio sugiere una posibilidad de aplicar inmunoterapias para el tratamientos de la ELA, ya que se usan en la actualidad para tratar el cáncer y, más recientemente para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer con anticuerpos monclonales.
“En estos momentos no podemos decir que es una cura, pero es un comienzo muy interesante”, dijo. “El resultado podría ser similar al efecto que ha tenido la inmunoterapia en el tratamiento del cáncer o al que tendrá en la enfermedad de Alzheimer al enfocarse en las células del sistema inmunitario”.
Ajami ya había estudiado las microglías en el marco de la ELA. La primera autora del estudio, Aude Chiot, Ph.D., de OHSU, ya había identificado macrófagas del sistema nervioso central como objetivos terapéuticos de la ELA en ratones. El estudio de hoy complementa su trabajo anterior porque identifica una proteína objetivo en estas células.
Ajami llegó a OHSU en septiembre de 2019, después de haber iniciado esta línea de investigación como investigadora podsoctoral en Stanford University. Explica que el próximo paso será desarrollar estudios de respuesta a dosis en el modelo con ratones y que espera que en el largo plazo el proyecto avance hasta llegar a usarse en personas con ELA.
Además de Ajami y Chiot, los coatures del estudio incluyen al Dr. Lawrence Steinman, Ph.D., de Stanford; la Dra. Shanu F. Roemer, de Mayo Clinic, también primera autora; Lisa Ryner y Michael Leviten de Pasithea Therapeutics; Alina Bogachuk, Katie Emberley, Dillon Brownell, Gisselle A. Jiménez, el Dr. Randall Woltjer, Ph.D., de OHSU y el Dr. Dennis Dickson de Mayo Clinic.
La investigación de OHSU recibió apoyo institucional, con fondos adicionales de la Fight Motor Neuron Disease Foundation y de la Cátedra de Steinman en Stanford.
Con el objeto de garantizar la integridad de la investigación de OHSU, y como parte de nuestro compromiso público hacia la transparencia, OHSU regula, hace el seguimiento y gestiona activamente las relaciones que nuestros investigadores podrían tener con entidades externas a OHSU. Ajami y Steinman tienen una solicitud de patente de anticuerpos de la integrina a5 para la ELA y la esclerosis múltiple, asignada a Stanford University. Vea los detalles del programa sobre conflictos de interés de OHSU para obtener más información sobre cómo gestionamos estas relaciones comerciales.
Todas las investigaciones que involucren animales en OHSU deben ser revisadas y aprobadas por el Institutional Animal Care and Use Committee (IACUC) de la universidad. La prioridad del IACUC es garantizar la salud y la seguridad de los animales que participan en la investigación. El IACUC también revisa los procedimientos para garantizar la salud y seguridad de las personas que trabajan con los animales. No se puede realizar ningún trabajo con animales vivos en OHSU sin la aprobación del IACUC.