
El año pasado, Oregón se convirtió en el primer estado en la nación en brindar acceso regulado por el estado a servicios supervisados con hongos mágicos que alteran la mente. Esto aumenta la probabilidad de presentar la psilocibina a muchos oregonenses que nunca han experimentado con psicodélicos antes.

"No hay medidas de mejores prácticas porque es un campo tan nuevo", afirmó el Dr. Todd Korthuis, M.P.H., profesor de medicina (medicina interna general y geriatría) en la School of Medicine de Oregon Health & Science University.
Ahora, una nueva publicación de OHSU y otras instituciones establece por primera vez una serie de prácticas recopiladas de facilitadores experimentados de psilocibina. Estas prácticas son para asegurar la eficacia y la seguridad de los servicios de psilocibina que se ofrecen al público en general.
El estudio se publicó el martes en el Journal of Psychopharmacology.
Los investigadores reclutaron a 36 expertos veteranos en psilocibina con experiencia en facilitarla en ensayos clínicos, entornos ceremoniales y en prácticas indígenas tradicionales. Juntos, los expertos identificaron medidas que consideraron representan las mejores prácticas. para llegar a un consenso los investigadores utilizaron un método conocido como el método Delphi. Este abordaje usa varias rondas de recolección de información entre un grupo de expertos para identificar conclusiones.
El estudio generó 22 medidas clave de servicios de alta calidad, lo cual incluye los procesos más importantes de entrega de servicios, indicadores de seguridad y resultados de clientes.
A medida que otros estados y localidades se suman a Oregón y Colorado en la legalización de sustancias psicodélicas, la nueva publicación proporciona el primer conjunto de medidas principales para vigilar su seguridad, calidad y eficacia. Dado que el programa de Oregón es el primero de su tipo, no hay estándares establecidos para medir la seguridad y eficacia de estos servicios.
"En última instancia, les da a quienes establecen políticas y a los gerentes de programa un conjunto armónico de medidas que pueden usar para determinar cuán seguros y eficaces son estos servicios en la comunidad", dijo Korthuis, autor sénior del estudio.
En Oregón y Colorado, los votantes aprobaron el uso de la psilocibina en entornos supervisados para mayores de 21 años.
Otros estados pueden optar por autorizar el uso de la psilocibina y otras sustancias psicodélicas en contextos de terapia médica. Las sustancias psicodélicas se han examinado de manera experimental en ensayos clínicos para el tratamiento de enfermedades mentales. Entre otras, se examinó el uso de psilocibina para tratar la depresión y el trastorno de consumo de alcohol, y el uso de MDMA, conocida informalmente como éxtasis o Molly, para el tratamiento del trastorno de estrés postraumático. Sin embargo, no está claro cómo la seguridad y los beneficios observados en experimentos cuidadosamente controlados se convierten en acceso comunitario general aprobado por el estado.
Nuevas herramientas para la industria emergente de servicios psicodélicos
Los investigadores usaron una metodología común al evaluar varios tipos de intervenciones médicas.
"Aunque el uso de psilocibina en Oregón ocurre fuera del sistema de salud, está claro que puede afectar la salud de la gente, ya sea que la busquen por esa razón o no", declaró Korthuis, que también encabeza medicina de adicciones en OHSU. "Es crucial que quienes establecen políticas y el público tengan una manera de entender los efectos de estas políticas".
El estudio identificó procesos centrales y medidas de resultados que varían desde lo obvio a lo sorprendente.
Entre las 22 medidas los expertos en el estudio recomendaron, por ejemplo, que los facilitadores se preparen para las sesiones haciendo preguntas sobre límites y preferencias sobre el tacto. Esto es porque algunos clientes pueden expresar un deseo de contacto humano, como tomarse de la mano, para ayudarles a orientarse en la experiencia.
Entre las medidas de resultado, los clientes deben calificar las ventajas y desventajas generales de la experiencia; los facilitadores deben completar una lista de verificación de seguridad para documentar aspectos como si el cliente se retiró antes de terminarse la sesión o necesitó una remisión a atención médica.
La lista de verificación de seguridad y otras medidas brindan herramientas importantes para la novísima industria de servicios psicodélicos. Los resultados de este estudio ayudarán a investigadores, creadores de políticas y proveedores de servicios a decidir qué datos recolectar para monitorear estos programas. Al usar el mismo conjunto de medidas, todos los programas a nivel estatal pueden compararse y combinarse con facilidad para obtener un panorama general de seguridad y éxito.
Los investigadores incluyeron a miembros de un grupo de colaboración de terapeutas y científicos conocido como Open Psilocybin Evaluation Nexus, u OPEN. La organización tiene sede en OHSU y se concentra en investigación para evaluar la seguridad y la implementación equitativa de los servicios psicodélicos como la psilocibina, aprobada por los votantes de Oregón en 2020.
Además de Korthuis, coautores del nuevo estudio incluyen a Kim Hoffman, Ph.D., Kellie Pertl, M.P.H., Ryan R. Cook, Ph.D., Sarann Bielavitz, B.A., Renae Myers, M.P.H., y Dennis McCarty, Ph.D., de OHSU; Adrianne R. Wilson-Poe, Ph.D., del Legacy Research Institute en Portland; Jason B. Luoma, Ph.D., de la Portland Psychotherapy Clinic; Alissa Bazinet, Ph.D., del Sequoia Center; David L. Morgan, Ph.D., de la Portland State University; R. Cameron Wolf, Ph.D., de la Administración de Salud Mental y Abuso de Sustancias de EE. UU. (sigla en inglés, SAMHSA); y Christopher Stauffer, M.D., de OHSU y el Sistema de Atención Médica de VA Portland.
Esta investigación contó con el apoyo de la Cuenta de Desarrollo de Programas de Medicina para Adicciones de OHSU y de una orden de tareas a través de un contrato de apoyo de logística, asistencia y planificación del Centro para la Prevención del Abuso de Sustancias de SAMHSA, gestionado por Leed Management Consulting, Inc.