
Andrew Gray, 36, de Tigard, creció viendo las películas Star Wars con su familia. Pasaban horas viendo a sus héroes de la pantalla luchar a través del tiempo y del espacio.
Ahora, como auxiliar de enfermería certificado de oncología en Oregon Health & Science University, Gray hace conexión con los pacientes de la misma manera en que se conecta con su familia: a través de las películas de Star Wars.

Entre los pacientes de OHSU, viejos y jóvenes, desde su trabajo cotidiano en el OHSU Knight Cancer Institute hasta sus visitas como voluntario en OHSU Doernbecher Children’s Hospital, a Gray se le conoce como "el chico Star Wars"... pero este es apenas un punto de conexión. También cuenta con la experiencia personal de vivir con un cáncer raro, lo cual les comunica a sus pacientes que luchan contra enfermedades complejas una empatía y camaradería especiales mientras les ayuda con sus tratamientos.
“Nuestros pacientes siempre reciben muy bien las interacciones con Andrew” dice Eldon Lampson, supervisor de operaciones clínicas de oncología ambulatoria del OHSU Knight Cancer Institute. "Es siempre una de las personas que ofrecen una amplia sonrisa y una actitud positiva. Andrew llega con sonrisas para todas las personas con quienes interactúa todos los días".
Los padres de Gray lo adoptaron a los 14 meses de edad, sabiendo que podría tener un tipo de cáncer genético raro llamado neoplasia endocrina múltiple, cáncer de tiroides tipo 2A. A lo largo de toda su infancia regularmente se sometió a pruebas; el cáncer se le detectó a la edad de 10 años.
Incluso más que los personajes de Star Wars, los miembros de su familia se convirtieron en sus héroes máximos, apoyándolo durante el diagnóstico y tratamiento. Le extirparon la tiroides, pero la enfermedad es para toda la vida y no tiene tratamiento; las células cancerosas son resistentes a terapias y medicamentos actuales contra el cáncer como la radiación y la quimioterapia.
Ahora desempeña el papel de héroe para los pacientes de infusión en la OHSU Knight Cancer Clinic.
“Los pacientes adultos y geriátricos también merecen sonreír y reír, y olvidarse por un rato”, afirma Gray. “A final de cuentas me gustaría extender y crear conciencia respecto a mi enfermedad rara. He vivido con cáncer por más tiempo que la mayoría de la gente que acompaño durante sus infusiones ha tenido su diagnóstico. Llevo 26 años, entrando y saliendo de hospitales y clínicas".
Un corazón que ayuda
Desde su diagnóstico, Gray se ha decidido por vivir la vida según sus términos y no los del cáncer.
En 2009, se fue a Kansas para la universidad, con la aspiración de ser maestro de educación elemental. Sin embargo, en su segundo año su papá fue diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica, conocida como ELA o enfermedad de Lou Gehrig. La enfermedad afecta el cerebro y la médula espinal, llevando a la degeneración gradual de las células nerviosas.
“Cuando enfermó mi papá, regresé a Lake Oswego,” dice Gray.
Ese momento consolidó en él el deseo de ayudar a que su papá y otros mejoraran.
"Seis semanas antes de que él falleciera, tomé una clase de auxiliar de enfermería certificado", cuenta. "Durante mi capacitación, me llamaron al hospital porque allí estaba papá con neumonía. Después de eso, me dediqué a convertirme en asistente de enfermería".
Su padre falleció en 2012.
Empezó su carrera en casas de vida asistida, luego pasó a atender a sobrevivientes de caídas y accidentes cerebrovasculares en una clínica de terapias física y ocupacional para pacientes internos. Luego acabó logrando el trabajo de sus sueños en el Knight Cancer Institute de OHSU.
A través de su trabajo como auxiliar de enfermería oncológica, Gray forma parte de resultados exitosos para personas que acuden a uno de los hospitales y centros de tratamiento contra el cáncer más grandes de Oregón. En un día cualquiera se le puede encontrar preparando a los pacientes con cáncer para las infusiones, llevándoles refrigerios o un cobertor y charlando con ellos para hacerlos sentir cómodos... una parte favorita de su trabajo.
Gray recuerda una de sus pacientes favoritas, una diabética amputada: "Siempre tenía una actitud positiva y era un poco pícara. Ayudé a atenderla por casi cuatro años", explica. "Le gustaba hacer collares con cuentas y me hizo uno poco antes de fallecer. Desde entonces lo traigo puesto para trabajar".
Para los pacientes, las sonrisas, el amor por Star Wars
Cuando Gray pasa por las salas de infusiones, es común que vea un paciente conocido que le diga "Ey, Andrew" o que afectuosamente lo recuerde como "el chico Star Wars".
Disfruta apropiarse de los personajes como voluntario a largo plazo de Cloud City Garrison, un club de disfraces de Star Wars no lucrativo que brinda apoyo en eventos caritativos, eventos para recaudar fondos y otros eventos comunitarios en Oregón y el suroeste de Washington. Gray se disfraza como un Scout Trooper, un villano de los filmes.
"Un villano haciendo el bien", dice.
Ciertamente, mucho bien es lo que han logrado a través de sus esfuerzos, incluido visitar a los niños enfermos en el Doernbecher Children's Hospital de OHSU, participar en caminatas de caridad y llevar alegría a los pacientes de las OHSU Knight Cancer Clinics. Por años ha sido voluntario en caminatas a favor de ELA vestido como un Scout Trooper en honor de su papá.
Su esposa, Joy Rasmussen, también se une a los eventos cosplay para ayudar a tomar fotografías y asegurarse de que el disfraz de Gray esté perfecto.
"Me encanta que Andrew y yo podamos compartir experiencias con gente que hace algo que a los dos nos apasiona", dice. "El gusto que les brindamos a niños y adultos no tiene precio".
A través de su voluntariado Star Wars y sus días en la clínica, Gray trabaja para demostrarles su filosofía personal a sus compañeros sobrevivientes del cáncer: Antes que verse consumido por la ansiedad, vivir su mejor vida mientras esté aquí.
Lo que tiene el cáncer es que, o vives tu vida, o dejas que te consuma", afirma. "No hay centro neutro".
Empatiza con sus pacientes que se enfrentan al cáncer y se esfuerza por ser un faro de esperanza para quienes están en la batalla.
"Resulta ventajoso estar presente todos los días, presente en el momento, con la gente que te interesa y no preocuparse demasiado por lo que el mañana nos vaya a traer", declara. "Somos nosotros los dueños de nuestro día".
"Ya lo dice el Gran Maestro Yoda: "Mi aliado es la Fuerza y qué poderoso aliado es".