
Los científicos han mantenido teorías durante mucho tiempo sobre una red de vías en el cerebro que, según se cree, eliminan proteínas metabólicas que de otro modo se acumularían y conducirían potencialmente al mal de Alzheimer y otras formas de demencia. Pero nunca se había revelado esta red en las personas... hasta ahora.
Un nuevo estudio con cinco pacientes que pasaron por cirugía cerebral en Oregon Health & Science University brinda por primera vez imágenes de esta red de espacios perivasculares (estructuras llenas de líquido junto a arterias y venas) dentro del cerebro.

"Hasta ahora, nadie lo había mostrado", dijo el autor sénior, Dr. Juan Piantino, profesor asociado de pediatría (neurología) en la School of Medicine de OHSU. También es miembro del profesorado en la sección de neurociencia del Papé Family Pediatric Research Institute en OHSU. "Yo mismo era escéptico al respecto, y hay muchos escépticos que todavía no lo creen. Eso es lo que hace tan notable este descubrimiento".
Los hallazgos se publicaron hoy en Proceedings of the National Academy of Sciences.
En el estudio, se combinó la inyección de un agente inerte de contraste con un tipo especial de imagen por resonancia magnética para discernir líquido cefalorraquídeo que fluye a través de vías distintivas en el cerebro 12, 24 y 48 horas después de la cirugía. Al revelar de manera definitiva la presencia de un sistema eficaz de eliminación de desechos dentro del cerebro humano, el nuevo estudio respalda la promoción de medidas de estilo de vida y medicamentos que ya se están desarrollando para mantener y mejorar este sistema.
"Esto demuestra que el líquido cefalorraquídeo no entra en el cerebro de manera aleatoria, como si uno pusiera una esponja en un balde con agua", explicó Piantino. "Atraviesa estos canales".
Hace más de una década, científicos en la University of Rochester sugirieron por primera vez la existencia de una red de vías de eliminación de desechos en el cerebro, similar al sistema linfático, parte del sistema inmunitario. Aquellos investigadores lo confirmaron con imágenes en tiempo real del cerebro de ratones vivos. Debido a su dependencia de las células neurogliales en el cerebro, acuñaron el término "sistema glinfático" para describirlo.
Sin embargo, los científicos aún no habían confirmado la existencia del sistema glinfático a través de imágenes en las personas.
Vías reveladas en pacientes
En el nuevo estudio se examinaron cinco pacientes de OHSU que pasaron por una neurocirugía para quitar tumores cerebrales entre 2020 y 2023. En todos los casos, los pacientes prestaron su consentimiento para que se les inyectara un agente de contraste inerte con base en gadolinio a través de un drenaje lumbar que se usa como parte de un procedimiento quirúrgico normal para quitar tumores. El rastreador se transportaría junto con el líquido cefalorraquídeo dentro del cerebro.
Después, se les tomó a los pacientes una imagen por resonancia magnética, o MRI, en diferentes momentos para rastrear la propagación del liquido cefalorraquídeo.
En lugar de diseminarse de manera uniforme por el tejido cerebral, las imágenes revelaron que el líquido se movía a través de vías: por espacios perivasculares en canales claramente definidos. Los investigadores documentaron el hallazgo con un tipo específico de MRI conocido como recuperación de inversión con líquido atenuado (sigla en inglés, FLAIR). Este tipo de imagenología se usa a veces después de quitar tumores del cerebro. Como resultado, también reveló el rastreador de gadolinio en el cerebro, en tanto que las secuencias estándar de MRI no lo hicieron.
"Esa fue la clave", destaca Piantino.

"Realmente se pueden ver espacios oscuros perivasculares en el cerebro ponerse brillantes", observó la coautora, Dra. Erin Yamamoto, residente de cirugía neurológica en la School of Medicine de OHSU. "Fue bastante similar a las imágenes que el grupo de Rochester mostró en ratones".
Eliminar desechos del cerebro
Los científicos consideran que esta red de vías enjuaga eficazmente del cerebro los desechos metabólicos que genera su trabajo de intensa energía. Los derechos incluyen proteínas tales como amiloide y tau que, según se ha demostrado, forman aglomeramientos y enredos en imágenes cerebrales de pacientes con enfermedad de Alzheimer.
La investigación emergente indica medicamentos que pueden ser útiles, pero gran parte del enfoque en el sistema glinfático ha girado en torno a medidas de estilo de vida para mejorar la calidad del sueño, como mantener un horario regular de sueño, establecer una rutina relajante y evitar las pantallas en el dormitorio antes de dormir. Especialmente por la noche, durante el sueño profundo, los investigadores creen que un sistema glinfático que funciona bien lleva eficazmente las proteínas de desecho hacia venas que salen del cerebro.
"La gente creía que estos espacios perivasculares eran importantes, pero nunca se había comprobado", señaló Piantino. "Ahora se ha comprobado".
Los autores dieron crédito al difunto Dr. Justin Cetas, Ph.D., que inició el estudio como neurocirujano de OHSU antes de dejar la universidad para ser director de cirugía neurológica en su alma mater, el University of Arizona Health Sciences Center en Tucson. Falleció en un accidente de motocicleta en 2022.
Además de Piantino y Yamamoto, los autores incluyeron al coautor principal, Dr. Jacob H. Bagley de OHSU y Aurora St. Luke’s Medical Center en Milwaukee; y coautores Dr. Mathew Geltzeiler, profesor asociado de otorrinolaringología (cirugía de cabeza y cuello) en la School of Medicine de OHSU; la Dra. Olabisi R. Sanusi, profesora asistente de cirugía neurológica en la School of Medicine de OHSU; el Dr. Aclan Dogan, profesor de cirugía neurológica (base del cráneo y cerebrovascular) en la School of Medicine de OHSU; y la Dra. Jesse J. Liu, M.D., profesora asistente de cirugía neurológica (base del cráneo y cerebrovascular) en la School of Medicine de OHSU.
La investigación contó con el apoyo de una subvención Early Clinical Investigator de la Medical Research Foundation of Oregon; la North American Skull Base Society; y del National Heart, Lung and Blood Institute de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), subvenciones K23HL150217 y R21HL167077. El contenido es responsabilidad únicamente de los autores y no necesariamente representa las opiniones oficiales de los NIH.