A medida que suben las temperaturas este verano y se acerca el feriado del 4 de julio, muchas familias tienen previsto pasar más tiempo disfrutando de las muchas oportunidades al aire libre que ofrece Oregón. Antes de salir, los expertos de OHSU Doernbecher instan a padres, madres y cuidadores a delinear un plan de seguridad en el agua para prevenir tragedias con niños ahogados.
Cualquier cuerpo de agua representa un riesgo real y constante para los niños, dice el Dr. Ben Hoffman, profesor de pediatría y director médico del Tom Sargent Safety Center de OHSU Doernbecher Children’s Hospital. Más allá del lugar que elijan los niños para refrescarse este verano, así se trate de una piscina en el jardín o un cuerpo de agua natural, es importante que estén preparados.
“Lamentablemente conocí a muchas familias cuyo hijo desapareció de la vista por unos segundos y luego se ahogó, es desolador. Estos pocos segundos son la diferencia entre la vida y la muerte para un niño”, dice Hoffman, que también es el presidente electo de la American Academy of Pediatrics. “Queremos garantizar que los padres, madres y cuidadores tengan la información que necesitan para prevenir tragedias relacionadas con el agua. Empieza por una supervisión constante, cercana y de un adulto capaz de cualquier actividad en el agua, pero eso nunca es suficiente”.
Según los centros para el control y la prevención de enfermedades, mueren más niños de entre 1 y 4 años por ahogamiento que por cualquier otra causa. Y, en Oregón, las tasas de ahogamiento son las más altas de la costa oeste, además de situarse por encima del promedio nacional: Los niños de Oregón tienen una tasa de ahogamientos un 26% más alta que la tasa de Estados Unidos en general, para los niños de Oregón de 5 a 18 años, el salto es a una tasa 68% más alta. Cualquiera puede ahogarse en cualquier situación en la que hay acceso a un cuerpo de agua, y suele ocurrir en silencio y en cuestión de segundos.
Hoffman y la American Academy of Pediatrics recomiendan que las familias usen “capas de protección” para ayudar a reducir el riesgo de ahogamiento y otras lesiones relacionadas con el agua en niños, incluidas:
- Saber nadar: las clases de natación, específicamente las que permiten desarrollar habilidades de seguridad en el agua, son un componente esencial de cualquier plan de seguridad en el agua y se deben considerar para niños mayores de 1 año. Los niños de entre 1 y 4 años que recibieron clases de natación y de seguridad en el agua tienen un riesgo mucho más bajo de ahogarse que quienes no las recibieron.
- Supervisión: cuando hay niños pequeños cerca del agua, así se trate de una piscina, un río o incluso una bañera, debe haber un adulto atento y capaz presente y con el niño a su alcance. Incluso con un salvavidas entrenado, todos los niños necesitan supervisión constante por parte de un adulto designado, sin distracciones, como libros o teléfonos. Los programas como Safe Kids Water Watcher pueden ser útiles para garantizar que todos los niños tengan la supervisión de un adulto que necesitan.
- Chalecos salvavidas: siempre se debe usar correctamente un chaleco salvavidas bien ajustado y aprobado por la guardia costera de los Estados Unidos en cuerpos de agua naturales como lagos o ríos o en sus inmediaciones. Esto incluye al pasear en bote, flotar en cámaras u otras actividades. Se recomienda que las personas que no saben nadar bien también usen chalecos salvavidas en piscinas y parques acuáticos. Los “bracitos” y “flotadores” inflables son juguetes y no deben sustituir un chaleco salvavidas aprobado.
- Prepárese: los padres, madres y cuidadores deben considerar un curso de RCP para ayudar a cuidar la seguridad de los niños en el agua u otros entornos peligrosos. Hay organizaciones como la Cruz Roja Americana y la American Heart Association que ofrecen cursos de RCP tanto en línea como en forma presencial.
- Barreras: las viviendas con piscinas enterradas o superficiales o estanques de cualquier tamaño deben instalar una cerca de cuatro lados con cierres seguros. Las puertas y alarmas en la piscina también pueden ayudar a alertar a los adultos si un niño se acerca demasiado al agua sin supervisión. Los expertos también recomiendan vaciar las piscinas superficiales, incluidas las pequeñas piscinas plásticas poco profundas, cuando no se usan, además de retirar las escaleras. Estas medidas son barreras adicionales que también ayudan a prevenir el acceso accidental al agua.
- Conocer las condiciones: los cuerpos de agua naturales, como lagos, ríos y océanos, son diferentes de las piscinas y pueden tener corrientes, olas o menos visibilidad en el agua. Todos estos factores pueden aumentar el riesgo de ahogamiento. Conozca las condiciones del lugar donde sus hijos van a nadar y siempre consulte el pronóstico del clima antes de entrar al agua, porque las condiciones pueden cambiar rápidamente.
Puede encontrar más información sobre seguridad en el agua y con el sol en el sitio web del programa de prevención de lesiones de OHSU Doernbecher.