Un nuevo estudio de Oregon Health & Science University, con respaldo de la Agency for Healthcare Research and Quality en el U.S. Department of Health and Human Services, encuentra que, aunque la suplementación rutinaria de hierro prenatal reduce la incidencia de deficiencia de hierro y anemia relacionada durante el embarazo, no hay un efecto significativo en los resultados de salud maternal o del bebé, como hipertensión arterial materna o nacimiento pretérmino.
Esto quiere decir que, para el embarazo promedio, la suplementación de hierro adicional —que puede causar náuseas y estreñimiento— pudiera no ser necesaria.
El estudio, publicado hoy en JAMA Network Open, dará forma a nuevas recomendaciones de la U.S. Preventive Services Task Force, un grupo respaldado por la organización federal Agency for Healthcare Research and Quality para hacer recomendaciones basadas en evidencia sobre servicios clínicos preventivos.
“Existe mucha mercadotecnia dirigida a varias vitaminas y suplementos para personas embarazadas y puede resultar abrumadora", declara la Dra. Amy G. Cantor, M.P.H., profesora de informática médica y epidemiología clínica, medicina familiar y obstetricia y ginecología de la School of Medicine de OHSU y autora correspondiente del estudio. “Es mejor mantener las cosas sencillas: Si no tiene factores de riesgo señalados por su profesional médico/a, entonces una vitamina prenatal estándar debiese bastar para asegurar un embarazo saludable".
Debido en parte a un volumen de sangre mayor y cambios físicos durante el embarazo, la deficiencia de hierro es la causa más común de anemia, un problema en el cual se presentan niveles más bajos de glóbulos rojos disponibles para llevar oxígeno a lo largo del cuerpo, lo cual en ocasiones resulta en síntomas como fatiga o falta de aire.
En Estados Unidos, casi el 18% de personas embarazadas tienen deficiencia de hierro, del cual el 5% tiene una deficiencia de hierro que lleva a la anemia. Esta afección tiene mayor prevalencia en ciertas poblaciones, incluidos individuos negros y mexicoamericanos, así como quienes están en niveles de ingresos más bajos y tal vez no tengan acceso oportuno a alimentos ricos en hierro.
Las pruebas de detección de deficiencia de hierro en el embarazo son comunes y pueden llevar a la identificación y tratamiento tempranos. No obstante, la evidencia sobre la relación entre el estado del hierro y los resultados de salud perinatal es limitada.
"Clínicamente, la pregunta que deseábamos abordar era si la suplementación de hierro mejora los resultados de salud maternal y del bebé y, en realidad, hubo muy limitada evidencia en estas dos áreas", afirma Cantor. "Esperamos que los profesionales médicos/as puedan usar esta información para mejorar las conversaciones que tengan con pacientes en torno a los síntomas y antecedentes clínicos, de modo que el tratamiento se pueda optimizar y personalizar al individuo".
Hierro individualizado, atención prenatal
En 2015 la U.S. Preventive Services Task Force, o USPSTF (sigla en inglés), encontró evidencia insuficiente para evaluar el balance de los beneficios y perjuicios de las pruebas de detección rutinarias y la suplementación para la insuficiencia de hierro durante el embarazo. En su nuevo estudio, los investigadores de OHSU buscaban informar la actualización de las recomendaciones para las pruebas de detección rutinarias y la suplementación de la USPSTF.
En una revisión sistemática que consideró 17 ensayos de suplementación materna de hierro, los investigadores encontraron que cuando la suplementación se comparaba con el placebo o la ausencia de suplementación, no hubo diferencias estadísticamente significativas en los resultados de salud inmediatamente antes y después del nacimiento de la madre o del bebé. Los resultados que los investigadores examinaron incluyeron la calidad de vida materna, índices de diabetes gestacional, hemorragias maternas, trastornos de hipertensión en el embarazo, partos por cesárea, nacimientos pretérmino y bajo peso infantil de nacimiento.
Si bien hubo pocos daños por la suplementación de hierro, pueden presentarse efectos secundarios gastrointestinales de corto plazo tales como náuseas o estreñimiento; estos efectos secundarios pueden ser incómodos y disruptivos para pacientes, especialmente si se combinan con síntomas adicionales del embarazo.
Dado el limitado efecto en los resultados de salud para madre y bebé, los profesionales médicos/as pueden usar estos hallazgos para informar las conversaciones en torno a si pacientes debiesen tomar suplementos de hierro junto con sus vitaminas prenatales durante el embarazo, de acuerdo con su propio historial clínico y síntomas. Con frecuencia el hierro se incluye en muchas de las vitaminas prenatales, pero también se puede absorber de los alimentos comunes como carne magra y mariscos, espinacas y ciertas legumbres como frijoles blancos y frijoles rojos.
Cantor menciona que estos hallazgos se aplican a personas embarazadas asintomáticas y con un riesgo promedio, pero no se aplican a quienes tienen síntomas graves de deficiencia de hierro, según medición con análisis de sangre. En adelante, dice, se necesita más investigación para comprender la relación entre los cambios en el estado del hierro materno y los resultados de salud.
"Lo que esto refuerza es que el cuidado prenatal debiese individualizarse, porque cada paciente es singular, como lo es la forma en que vive su embarazo", asevera Cantor. "El cuidado prenatal no debe ser el mismo para todo el mundo, y esperamos que este estudio genere más discusiones individualizadas entre pacientes y profesionales médicos/as acerca de la salud durante el embarazo".
Esta investigación se financió bajo AHRQ Contrato N.o 75Q80120D00006, Orden de Actividad N.o 75Q80121F32009, por parte de la Agency for Healthcare Research and Quality (AHRQ), US Department of Health and Human Services, bajo un contrato para apoyar la USPSTF.