
Con una epidemia de consumo de opioides en todo el país que afecta de manera desproporcionada a indios americanos y nativo de Alaska, una confederación tribal de Oregón decidió ocuparse directamente del asunto.
La organización Confederated Tribes of Grand Ronde no solo abrió el primer programa de tratamiento por abuso de opioides de Oregón en Salem, en 2021. Pero un año después la tribu también inició el servicio con la que se considera la primera unidad de medicación móvil operada por una comunidad tribal. La unidad móvil recorre un circuito diario desde la reserva tribal de Grand Ronde hasta McMinnville y Salem, para atender pacientes y surtir medicamentos directamente a los miembros de las tribus que sufren un trastorno por uso de opioides.
El programa ya parece ser un verdadero éxito.
Los expertos de Confederated Tribes of Grand Ronde y Oregon Health & Science University describen la experiencia del personal y los pacientes en un estudio cualitativo publicado hoy en Annals of Medicine.

“La tribu ha sentido el impacto devastador que la adicción a los opioides puede tener para las personas, las familias y las comunidades”, dijo Kelly Rowe, Directora de Salud y Bienestar de las tribus de Grand Ronde. “Es desolador, y tenemos la responsabilidad de hacer todo lo posible para ayudar a las personas a recibir atención y encaminarlas hacia su recuperación”.
El nuevo estudio cita datos de encuestas de alcance nacional que revelan que las comunidades de indios americanos y nativos de Alaska informan tasas más altas de uso ilegal de medicamentos, trastornos por abuso de sustancias y sobredosis que cualquier otro grupo demográfico del país. Al mismo tiempo, el estudio señala que las terapias para las adicciones que se basan en el uso de medicamentos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos pueden entrar en conflicto con las prácticas de sanación tribales tradicionales.

Los líderes tribales de Grand Ronde merecen el crédito por haber abordado de manera proactiva el problema a través de su programa Great Circle Recovery, dijo el coautor del estudio, Dennis McCarty, Ph.D., profesor emérito de salud pública y medicina preventiva en OHSU School of Medicine y OHSU-Portland State University School of Public Health.
“Sabemos que las tribus de todo el país tienen enormes dificultades para dar respuesta a los trastornos por uso de opioides”, dijo McCarty. “Por lo general las tribus no tienen metadona, en parte porque se encuentran en zonas rurales donde es difícil establecer un centro de tratamiento del uso problemático de opioides, y también porque muchas tribus suelen sentirse filosóficamente incómodas con ese tipo de tratamiento”.
Great Circle Recovery, que brinda tratamiento tanto a comunidades tribales como a comunidades que no lo son, trabaja con un abordaje de la persona en su integridad.
“El tratamiento no se puede limitar a los medicamentos”, dijo Rowe. “Creemos que los pacientes necesitan sentirse a gusto, cuidados y una parte valiosa de la comunidad. Nuestro deseo es poder lograr esto centrando nuestra atención en la persona como un todo, no solo su adicción”.
McCarty dijo que la experiencia de Grand Ronde es importante porque demuestra que existe un modelo que se puede aplicar y funcionar en otras tribus y en áreas rurales de Oregón y el resto del país.
“Esto se puede hacer con un enfoque se sensibilidad cultural”, dijo.
Los autores desean agradecer a todos los participantes, así como a Confederated Tribes of Grand Ronde, por su participación en este estudio.