
A un equipo de investigadores de Oregon Health & Science University se le otorgó una histórica subvención de cinco años de $16.4 millones por parte del National Institute of Mental Health (Instituto Nacional de la Salud Mental) para desarrollar y examinar abordajes basados en datos que puedan predecir con mayor precisión diagnósticos y resultados de salud mental en niños.
Por más de una década, expertos del OHSU Center for Mental Health Innovation han usado el aprendizaje automático para desarrollar modelos computacionales avanzados que puedan mejorar la predicción clínica de una variedad de enfermedades de salud mental a lo largo de la infancia y la adolescencia, incluidos TDAH, ansiedad, depresión y trastorno por consumo de sustancias.

"Estos modelos —que brindan conocimientos sobre la predicción de la edad del inicio de la enfermedad, su gravedad y prognosis, tratamientos ideales y más—, pueden servir como una valiosa herramienta en los procesos de toma de decisiones clínicas y, en última instancia, dar forma a esfuerzos más eficaces de intervención y prevención en salud mental", dijo Bonnie Nagel, Ph.D., profesora de psiquiatría de la School of Medicine de OHSU y directora del Center for Mental Health Innovation.
Después de demostrar el éxito de los modelos en el laboratorio, la subvención lleva el trabajo de los científicos de OHSU al siguiente nivel al permitir que el equipo haga la transición de sus algoritmos de investigación a un entorno clínico para determinar los efectos en el mundo real que estos pudieran tener en decisiones clínicas y resultados de salud mental.
Crisis de salud mental juvenil
La mitad de la población mundial experimentará un problema de salud mental en algún punto de sus vidas, según un estudio de 2023, lo cual hace de la salud mental la fuente más grande de discapacidad en el mundo. La crisis es más grave para la juventud, que está experimentando incrementos sin precedentes en problemas de salud mental. Solo en Oregón, alrededor de 50,000 niños viven con una enfermedad de salud mental y muchos tienen un acceso a la atención médica extremadamente deficitario.
Los desafíos de la vida que acompañan a una enfermedad de salud mental persisten y suelen multiplicarse con el desarrollo, lo cual lleva a una variedad de malos resultados a largo plazo, tales como encarcelamiento, desempleo, consumo de sustancias y muerte temprana por suicidio, accidente o complicaciones de su salud física, afirma Nagel.
El sistema de salud ha batallado para identificar con eficacia a quienes están en riesgo de una enfermedad de salud mental y prevenir los malos resultados entre los niños atendidos en clínicas pediátricas o de psiquiatría. Para abordar la gravedad y urgencia de esta crisis, los investigadores de OHSU dicen que es esencial poder identificar nuevos abordajes en la atención clínica, incluido el traer ciencia de datos a la evaluación de pacientes y atención médica.

"La realidad es que nuestros niños sufren y su sufrimiento ha empeorado en la última década. Necesitamos pensar fuera de nuestros parámetros establecidos y cuestionar los sistemas y abordajes en que antes nos confiábamos", dijo Joel Nigg, Ph.D., profesor de psiquiatría en la Facultad de Medicina de OHSU y codirector del Centro para la Innovación en Salud Mental, quien es el codirector de la subvención. "Hace veinte años, no contábamos con el poder computacional ni conocimientos científicos sobre la psicopatología con que contamos ahora. Este trabajo es un paso muy emocionante hacia adelante que aprovecha el avance científico de las últimas dos décadas.
"Va a necesitarse tiempo para ver los efectos de estos abordajes basados en datos y noveles medidas clínicas —continuó—; pero tienen el potencial de crear efectos significativos, incluidos la disminución de los costos de salud, el mejoramiento de la eficiencia y el acceso a la atención y, lo más importante, salvar vidas".
La mayoría de las enfermedades de salud mental emergen durante la infancia y adolescencia, lo que hace que la detección y tratamiento tempranos sean clave para mejorar los resultados. A través de esta subvención, el National Institute of Mental Health, parte de los National Institutes of Health (Institutos Nacionales de Salud), financiará sitios adicionales para investigación con abordajes basados en datos de la salud mental para varias poblaciones. OHSU es solo uno de dichos sitios que se concentrará específicamente en niños y adolescentes.
Aprovechar el poder de los datos
Durante las etapas iniciales de la subvención de cinco años, los equipos de Nigg y Nagel optimizarán los modelos de predicción en el laboratorio aprovechando grandes bases de datos médicas y de investigación nacionales y cohortes de investigación desarrolladas por OHSU. Estos modelos abarcan las tendencias observables de un paciente, incluido el temperamento; medidas cognitivas como memoria funcional y función ejecutiva; características de la salud mental como la falta de atención; y factores ambientales como la proximidad a la atención médica o riesgo de exposición a la contaminación.
Luego, los modelos predictivos se recopilarán en clínicas de sitios colaboradores, con un propósito de inscribir 7,500 pacientes de 7 a 17 años de edad. Para asegurar que los datos no sean tendenciosos y den cuenta de disparidades de atención médica, OHSU trabajará con hospitales de todo el país para recabar datos que representen diferentes antecedentes sociodemográficos, étnicos y raciales.
Los sitios que colaboran incluyen Seattle Children’s Hospital, Massachusetts General Hospital e Indiana University. Otros socios son State University of New York y Purdue University, que se involucrarán en los esfuerzos de análisis de datos.
Por último, mediante el uso de los datos recabados en todas las clínicas, el equipo de investigación analizará y evaluará con qué frecuencia se pueden hacer predicciones de alta confianza, con qué frecuencia se necesitarán evaluaciones adicionales, así como el valor añadido y la precisión general de los modelos. De resultar exitoso, el trabajo propuesto demostraría lo oportuno de estos modelos para su uso clínico y crearía un abordaje procesable y económico para ser adoptado por sistemas de salud.
"Consideramos esto como una subvención formativa para cumplir con la misión del centro, que es promover los descubrimientos científicos en salud mental y rápidamente aplicarlos en las prácticas del mundo real", dice Nagel. "Es tremendamente emocionante dar ese siguiente paso de unir a la ciencia con la atención clínica. Representa una frontera nueva en la forma en que abordamos la salud mental".
La investigación informada en esta publicación contó con el apoyo de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), con subvención número U01MH135970. El contenido es exclusiva responsabilidad de los autores y no necesariamente representa la visión oficial de los Institutos Nacionales de Salud.