Stephanie Dewes y Stefan Shearer llegaron al Departamento de Emergencias de Oregon Health & Science University en enero con un diagnóstico prenatal potencialmente mortal: un desprendimiento prematuro de la placenta —la placenta se separa de la pared del útero— por el que se tuvo que hacer una cesárea
de emergencia.
Después de la cirugía se sospechó que su bebé, Clara, había sufrido una lesión cerebral por la repentina falta de oxígeno; la llevaron de inmediato a la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales de OHSU Doernbecher para comenzar el tratamiento.
En la mayoría de las NICU, Stephanie y Stefan no podrían haber cargado a Clara durante varios días mientras recibía el tratamiento. Pero en OHSU Doernbecher, un programa único creado mediante una colaboración entre los programas y los equipos de atención permite a los padres cargar a sus bebés en la NICU lo más pronto posible, lo que garantiza que el bebé y los padres puedan experimentar momentos clave para desarrollar un vínculo en los primeros días de vida.
“Todos nos apoyaron mucho. Hizo que todo el proceso pareciera mucho menos aterrador sabiendo que podíamos cargarla y que los proveedores confiaban en que era seguro”, dijo Stefan. “Ese momento fue increíblemente impactante en nuestra transición de convertirnos en padres”.
Para bebés como Clara que nacen con encefalopatía neonatal, una afección neurológica en recién nacidos que puede causar problemas respiratorios y convulsiones, los momentos después del nacimiento incluyen una transferencia rápida a la NICU para recibir tratamiento.
El tratamiento que se usa es hipotermia terapéutica, donde se reduce la temperatura corporal para minimizar la lesión cerebral neonatal. Al enfriar la cabeza o todo el cuerpo del recién nacido, se desacelera el metabolismo celular, lo que reduce la inflamación y permite que las células cerebrales se recuperen de lesiones. Para que el tratamiento sea más eficaz, se lo debe iniciar a horas del nacimiento
y continuar durante tres días sin interrupción, lo que impide que los padres puedan establecer un vínculo físico con su hijo o hija.
Que los padres carguen al bebé no solo propicia una valiosa experiencia de unión para las familias, sino que también ayuda al desarrollo del cerebro infantil y reduce el estrés, dijo la Dra. Emily Garavatti, residente del programa de Discapacidades del Neurodesarrollo Pediátrico de OHSU.
Sin embargo, facilitar que los padres carguen a su bebé en la NICU puede ser difícil, e incluso peligroso, sin un protocolo basado en evidencia y una planificación meticulosa. La atención compleja que se presta en la NICU requiere equipo físico vital, como tubos respiratorios o sondas umbilicales para recibir nutrición y medicamentos, por lo que los padres por lo general no pueden cargar a su bebé hasta después de completado el tratamiento el día cuatro de vida.
Seguridad, eficacia, vínculo
Al conocer muy bien los beneficios de que los padres puedan cargar a sus bebés, Garavatti y Taralyn Calder, RN, enfermera neonatal, estaban decididas a encontrar un nuevo proceso de atención para prestar un mejor servicio a estos pacientes jóvenes y a sus familias.
“Desde el punto de vista del desarrollo, los bebés se pierden de momentos clave de creación de vínculos, y encima, los padres tienen miedo de interactuar con sus propios hijos”, dijo Garavatti. “Cuando uno tiene un hijo en la NICU, solo quiere tener cierta sensación de normalidad y tener la seguridad de que todo va a estar bien; cargar físicamente a su bebé puede ser una gran parte de eso”.
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No hay un enfoque uniforme ni una recomendación clínica oficial para ofrecer a los padres cargar a su bebé durante la hipotermia terapéutica, y muy pocos establecimientos del país ofrecen esta opción. Garavatti y Calder desarrollaron el proceso de OHSU desde cero.
El primer paso fue desarrollar una encuesta para medir qué tan cómodo se sentía el personal de la NICU de que los padres carguen a sus bebés y recopilar comentarios y datos clínicos para maximizar la seguridad y eficiencia. También se distribuyó una encuesta similar entre proveedores de servicios neonatales de todo el país para comprender mejor esta atención en la práctica.
El desarrollo de un marco clínico para el mantenimiento de los padres requirió la colaboración entre el personal de Neurología Pediátrica, Neonatología y Enfermería de la NICU para establecer pautas de atención integrales y basadas en evidencia. También implicó la creación de una base de datos de mejora de la calidad para recopilar información sobre seguridad y eficacia. Lo más importante es que, según dijeron Garavatti y Calder, se necesitaba un compromiso de todo el equipo, una disposición a aprender y el deseo de mejorar las experiencias clínicas para los pacientes y las familias.
Para Stephanie y Stefan, después del miedo e incertidumbre iniciales, la oportunidad de establecer un vínculo seguro con Clara fue algo invaluable.
“Para el momento en que llegamos a verla en la NICU, nos podrían haber mostrado a cualquier bebé y no hubiéramos sabido que era Clara”, recordó Stephanie. “Todo fue muy desorientador. No habíamos pasado nada de tiempo con ella, así que no tuvimos la capacidad de formar esa conexión inmediata”.
Al llegar a la NICU esa noche, el equipo de atención le dijo a Stephanie y Stefan que podrían transferir a Clara a sus brazos de manera segura sin interrumpir el tratamiento de enfriamiento. Stefan y Stephanie también pudieron cargarla en los siguientes tres días de tratamiento.
Clara ahora es una niña feliz y sana de cuatro meses que ha crecido y se ha desarrollado desde su estancia en la NICU. Al reflexionar sobre su experiencia de parto, Stefan y Stephanie dicen que sostener
a su bebé fue un momento significativo y transformador.
A futuro, los proveedores continuarán haciendo un seguimiento y analizando los datos de seguridad para usar en las recomendaciones de retención, así como investigando otras posibles formas de participación por parte de los padres. También evaluarán cómo facilitar que los padres carguen a sus bebés que están recibiendo otros tratamientos en la NICU, incluyendo los que necesitan un tipo especial de respirador.
“Los padres en estas situaciones tienen miedo y no están seguros de lo que podría pasar con sus bebés, por lo que poder cargar a su bebé se siente como una luz en una experiencia de otro modo oscura”,
dijo el Dr. Brian Scottoline, Ph.D., profesor asociado de pediatría en OHSU School of Medicine y especialista en el cuidado de bebés críticamente enfermos. “Esperamos que este trabajo pueda dar
un ejemplo a otros hospitales y hacer que esta experiencia sea más factible para los padres en circunstancias similares”.